David era un simple pastor de ovejas. A los ojos de su padre, Isaí, y de sus hermanos, él no era más que un muchacho tranquilo y sin expresión. Mientras sus hermanos eran hombres de guerra, soldados del ejército del rey Saúl, de los cuales Isaí estaba orgulloso, David estaba limitado a cuidar un pequeño rebaño de ovejas, porque para su padre, él no tenía capacidad para asumir una responsabilidad más grande. Tanto era así que, cuando el profeta Samuel fue enviado a su casa para consagrar a uno de sus hijos a rey, él ni siquiera se aseguró de que David también estuviera presente para presentarlo al profeta.
Pero lo que Isaí no podía ver en su hijo, Dios lo veía. Fue justamente ese hijo tan despreciado que a quién Isaí vio siendo consagrado a rey. Así es, ese muchacho pequeño y delgado, un tranquilo pastor de ovejas, era el escogido de Dios para asumir el trono de Israel.
Pero, ¿qué era lo que David tenía tan especial? ¿Cuál era su diferencial? La respuesta la encontramos en la Biblia, en el libro de 1 Samuel:
“Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y el Señor está con él.” (1 Samuel 16:18)
Si fuera posible que usted hoy se sentara con David y recibiera consejos para que así como él usted se convirtiera en un conquistador, ciertamente él le daría los 5 a continuación. Vea:
1- Sea fuerte e intrépido
Ser fuerte es la primera cualidad de un vencedor. Pero no se trata de fuerza física sino de fuerza interior, capacidad de reaccionar bien delante de los problemas. David era un muchacho pequeño y delgado de 17 años, no tenía ninguna experiencia de vida, ninguna experiencia de guerra, era débil físicamente, pero la fuerza mental que él tenía lo hacía capaz de hacer cosas que un héroe de guerra no era capaz de hacer.
Esas ovejas eran todo lo que él tenía. Podemos considerarlas como su empresa, su fuente de ingresos, entonces él necesitaba defenderlas con uñas y dientes. Fue debido a esa consciencia que, cuando un león intentó atacar a aquel rebaño, él se abalanzó encima del animal sin titubear. Él no aceptó que ese león tocara su fuente de ingreso, por eso lo enfrentó y lo mató. Lo mismo que hizo con el oso.
Cuando él supo que Goliat afrontaba al ejército de Israel, reaccionó con la misma osadía, incluso siendo reprendido por sus hermanos. Pero David no se intimidó, una vez más demostró cuán fuerte e intrépido era.
“En el mundo de los negocios una persona que no tiene coraje, que es débil, medroso, no sale del lugar. Será pisada todos los días”, advierte el obispo Edson Costa.
2- Sea de guerra
Una persona que tiene inclinación hacia la guerra no es acomodada, ella tiene una inquietud en su interior, es una guerrera, no desiste fácil. Ella tiene un espíritu competitivo. En el mundo de los negocios tener espíritu competitivo es fundamental para llegar a alguna parte. Si la persona no sueña en ser más grande que su competidor, nunca lo será. Si ella no determina en su interior que será la primera, nunca lo será. La persona competitiva ingresa a una competencia para vencer, no para competir.
Sesudo en palabras significa ser prudente en el hablar. Es aquella persona que elige bien las palabras, habla solamente lo necesario y, por eso, transmite seguridad en lo que dice. En el mundo de los negocios, si usted no transmite seguridad al presentar su producto o su empresa, ciertamente nadie le dará credibilidad y difícilmente alguien contratará sus servicios. Ser sesudo también es transmitir confianza cuando habla.
4- Tenga un aspecto gentil
Sea carismático, en otras palabras. Simpático. Una sonrisa puede salvar una venta, cambiar la relación entre empleado y jefe y traer una amistad que le rendirá muchas victorias en el futuro. Ser gentil no cuesta nada.
“Hay personas que son tan inflexibles, de fuerte temperamento, obstinadas que aún golpean el suelo con el pie y dicen: ‘Yo soy así realmente’. Y realmente va a seguir así, con el bolsillo vacío. Quien no está listo para cambiar, no está listo para crecer”, observa el obispo. Los vendedores más simpáticos, más gentiles, más serviciales y más atentos son los que más venden. El liderazgo se desarrolla con las relaciones. Nadie crece solo. “Cuantas más personas alienten a su favor, más fácil será para usted subir la jornada del éxito.”
5- El Señor está con él
Ese era el principal secreto de David. De nada serviría que él fuera fuerte e intrépido, que tenga un espíritu aguerrido, saber comunicarse bien y ser carismático, si Dios no estaba con él. Nada de eso serviría.
Esa es la razón por la cual hay muchas personas que poseen un currículum envidiable, una amplia experiencia en el mercado laboral, cursaron en las mejores universidades, hicieron varios cursos de especialización, pero, incluso con tantas calificaciones, están desempleadas. “Todos esos talentos y cualidades no valen nada si Dios no estuviere con ellas”, concluye el obispo.
Por otro lado, existen personas que no tuvieron la oportunidad de estudiar, de cursar una buena universidad, una especialización, pero Dios está con ellas y, por eso, incluso siendo analfabetas, hacen la diferencia.
David reconocía que todo lo que él tenía provenía de las manos de Dios. Que los dones que él poseía, en realidad, no eran suyos, sino del Espíritu de Dios que estaba sobre él. Cuando Dios ve en la persona ese reconocimiento, Él mismo crea oportunidades para que ella sobresalga delante de las demás y, entonces, la transforma en una gran conquistadora, a ejemplo de lo que hizo con David.
¿Quiere aprender a enfrentar las dificultades del mercado laboral y convertirse en una persona vencedora? Entonces no se pierda el Congreso para el Progreso, que se realiza, todos los lunes, en la Universal. Para encontrar la Universal más cercana a usted ingrese aquí.
(*) Texto basado en la conferencia del obispo Edson Costa
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