El pasado 22 de febrero a las 20 h en las instalaciones del Templo de la Fe se realizó una consagración especial. El sacerdote del Templo de Salomón viajó desde San Pablo, Brasil, para ministrar la Bendición Sacerdotal a todos los ganadores de almas. Esta bendición llegó al pueblo de Israel a través de Moisés en el pasado y en nuestros días el sacerdote del Templo de Salomón nos trajo la misma bendición.
“El mayor ganador de almas ha sido nuestro Señor Jesús, si ustedes quieren ser ganadores de almas, deben seguir Su ejemplo. El sacerdote y el sumo sacerdote
que ministraban en el Tabernáculo también ganaban almas. A través de las piezas de la vestimenta del sumo sacerdote podemos comprender cómo se sirve a Dios para ganar almas. Su ropa representaba a Dios en la Tierra. Él era un hombre importante por lo que decía y por lo que vestía.
El turbante se llama mitra, sirve para mostrar a Dios respeto y reverencia. La tiara dorada era de oro y tenía una inscripción en hebreo que decía santidad al Señor, quería decir que el sacerdote debía vivir una vida de santidad, separado para Dios en medio del mundo, pero conviviendo con las demás personas. Al usar esta tiara, Dios aceptaba las ofrendas del pueblo.
Sobre la túnica colorida se cargaba el efod, que contiene piedras preciosas que representan las doce tribus de Israel, a su vez sostenidas por dos piedras, ese peso físico también es espiritual, porque él cargaba con la responsabilidad de sacrificar por él y por todo el pueblo. El sacerdote consultaba a Dios con el efod antes de tomar una decisión. También cargaba un cinturón por dos motivos, para recordar que antes había sido esclavo en Egipto y para recordar los mandamientos de Dios”.
Los presentes comprendieron las características del carácter de un verdadero ganador de almas y se comprometieron con Dios para servirlo ganando almas en todos los lugares adonde vayan.
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