La población mundial de personas de la tercera edad se duplicará en el 2050, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se estima que el número de personas con más de 60 años pasará de alrededor de 900 millones a 2 mil millones. Además, la expectativa de vida ha aumentado a 71 años de edad – siendo que el promedio de años durante los cuales una persona se mantiene sana es de 63 años.
En lo que respecta a la Argentina, el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calcula que para 2050 los mayores de 60 años serán el 25,3% de la población total. Este aumento se contrastará con la evolución del rango etario de 0 a 14 años, que será superado en número por los mayores de 60 a partir del año 2035.
No se trata de la llegada de una catástrofe ni mucho menos. Sí representa y requiere de un profundo cambio en la forma de pensar de la sociedad, la familia y la educación.
Unas pocas pautas pueden ayudar a emitir criterios eficaces a la hora de investigar el tema y, sobre todo, a tomar decisiones tanto a nivel de las empresas como del gobierno.
Existe la urgencia de encarar y resolver una situación que anteriormente nunca se había planteado en ninguna parte del mundo. Si bien ya se han iniciado investigaciones sobre la naturaleza y los cambios que implica este fenómeno sobre los hábitos de consumo y educación, y sobre la oferta de todo tipo de servicios inmateriales, aún resultan en extremo insuficientes. Es muy recomendable intentar definirlo con seriedad y profundidad, para, colocándolo en un contexto realista, luego poder diseñar una respuesta adecuada que redunde en un incremento del bienestar general.
La sociedad en su conjunto -también la Argentina- debe tomar conciencia de que está en juego la asimilación oportuna de una segura situación, que si se encara con tiempo, prudencia y realismo, puede pasar de ser un problema a convertirse en una oportunidad. El adulto mayor debe dejar de aparecer en la sociedad meramente como un jubilado o un consumidor pasivo, para adoptar una función que permita aprovechar y disfrutar de su experiencia y sabiduría.
Por otro lado, la capacidad de trabajo y de reflexión ya no se difumina cuando la persona transita su sexta década, sino más cerca de los 70-75 años. Todo lo contrario, ésta es la edad de la reflexión y el consejo, de la invalorable transmisión de la sabiduría. La familia ha sido tradicionalmente un factor importante para apoyar a las personas mayores, y la buena disposición existe, pero lo que a menudo está ausente es el conjunto de ideas, prácticas, actividades manuales y deportivas que pueden contribuir a posicionar a la persona mayor en este rol de transmisión de su conocimiento, que a su vez se conlleva con una vida inmensamente feliz. La elaboración de estas iniciativas ayudaría a muchas personas a acercarse a este ideal de bienestar.
Conocimiento y actitud
Un ejemplo de esto es la señora Masako Wakamiya (en la foto abajo), una japonesa de 81 años. La primera vez que ella tocó una computadora fue a los 60 años. Pero solo acceder a internet no era suficiente para Masako.
Ella trabajó durante 43 años en uno de los principales bancos de Japón, al jubilarse creó un blog en el cual publicaba videos de sus viajes por el país y enseñaba a utilizar planillas para hacer patrones de arte para crochet y otras manualidades. Aún no satisfecha, ella comenzó a estudiar para crear una plataforma que pudiera entretener a otras personas de la tercera edad. Fue así, con mucha determinación, que paso de una usuaria de la web a ser creadora de una aplicación.
La aplicación de la señora Masako
Hace alrededor de 3 años, ella fue invitada a participar de un evento en el cual se difunde buenas iniciativas a través de conferencias de corta duración y contó sobre su experiencia y la creación de su primera aplicación, llamada Hinadan, un juego educativo, referente a las tradiciones locales de su país de origen, en el cual muñecos representando al emperador, a la emperatriz y a miembros de la Corte deben ser organizados correctamente en un estante.
La señora sorprendió a todos, no solo en el auditorio, sino a parientes, amigos y a la prensa japonesa, mostrando que con determinación y sabiduría es posible estar en constante aprendizaje, crear y emprender, independientemente de la edad que se tenga. Según Masako, ella aún tiene muchas ideas para crear nuevas aplicaciones, por lo tanto, necesita tiempo para adquirir más conocimiento y desarrollarlo.
¿A usted también le gustaría tener la determinación que la señora Masako tuvo para desarrollar una buena idea o comenzar un negocio? Participe del Congreso para el Progreso, que se realiza todos los lunes a las 8, 10, 16 y 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070, y comience a luchar por su objetivo. Para encontrar una iglesia más cercana a usted, ingrese aquí.
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