La población de ancianos en todo el mundo está aumentando considerablemente en las últimas décadas. De acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad ya son más de 900 millones de ancianos, aproximadamente 12,3% de la población total. La expectativa es que para el 2050, el número se eleve a los 2 mil millones (21,5%), más de una quinta parte de la población mundial.
Sin embargo, más que una cuestión poblacional o un problema económico para algunas naciones, este aumento implica un problema social de gran importancia. El Informe Mundial sobre Envejecimiento y Salud de la OMS señala que solo los avances médicos -que ayudan a alargar la expectativa de vida- no significan necesariamente que el anciano disfrutará una buena calidad de vida.
La soledad no es buena para los adultos mayores
Una investigación realizada en la Universidad de California, en Estados Unidos, demostró que el aislamiento social y la soledad pueden tener un impacto físico y psicológico negativo para los ancianos. Ellos sufren más el riesgo de depresión, deterioro cognitivo y problemas de salud, como las enfermedades del corazón, además de comportamientos de riesgo, como la falta de actividad y el tabaquismo.
Los investigadores analizaron a 1600 participantes (con una edad promedio de 71 años) y encontraron que los más solitarios eran los que tenían mayor dificultad para ejecutar las actividades diarias. Aun cuando el estudio tuvo en cuenta los factores socioeconómicos y de salud, los solitarios mostraron una tasa de mortalidad más elevada.
Grupo Caleb
Entre los grandes cambios que la OMS propone para mejorar la calidad de vida de los ancianos está la posibilidad de transformar los lugares en los que vivimos en ambientes agradables para las personas mayores.
Por eso es tan importante que, incluso con el pasar de los años, los ancianos sigan teniendo una vida social, haciendo actividades que no solo trabajen su condición física, sino que desarrollen habilidades personales y la interacción con otras personas, compartiendo intereses, valores, experiencias y amistades.
En la Universal, los voluntarios del grupo Caleb realizan un trabajo directamente con la tercera edad, ofreciéndoles apoyo espiritual, además de motivarlos a interactuar con nuevos amigos, participando de actividades de ocio y acciones sociales.
El objetivo principal es no dejar que los adultos mayores se entreguen al desánimo y al cansancio y reunir a personas que mantienen su fuerza y sobre todo su fe en Dios.
Si usted tiene algún familiar o conoce a alguien de la mejor edad, preséntele el grupo Caleb. Ingrese aquí y conozca la dirección de una Universal más cercana a su casa e infórmese.
[related-content]