Una cliente regresó a una cafetería de California, en los Estados Unidos, para disculparse con el empleado del bar, Andrew Richardson, de 20 años, por su comportamiento del día anterior. Como forma de arrepentimiento, la cliente, identificada como Debbie, le entregó una tarjeta con un mensaje y una nota con 50 dólares.
En una entrevista, Richardson dijo que la fiel clienta pasó por el local y pidió sus bebidas. Pero, no había más soportes para que ella pudiera llevarlas a su casa, lo que le imposibilitaría llevar otras cosas. “Ella se quedó un poco frustrada, pero nada que yo lo notara como grosería”, dijo.
Sin embargo, sintiéndose arrepentida, la cliente regresó y le dijo al empleado del bar que se había sentido terrible por lo sucedido. Los dos conversaron y Debbie le entregó un sobre al muchacho. En el interior, además de la cantidad de dinero, había una tarjeta con un pedido de disculpas diciendo que ella no estaba en un buen día, y que él solo era un joven trabajando duro. Al final la cliente escribió: “Dios te bendiga”.
Según él, todas las palabras fueron una de las cosas más bellas y sinceras que ya había leído. “El dinero no era necesario. La tarjeta sola fue la mejor parte. Estoy muy feliz en saber que aún existen personas buenas y atentas en este mundo. Todavía estoy sonriendo”, declaró Richardson.
La Biblia dice:
“Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.” (Lucas 17:3-4)
A Dios le agradan actitudes como la de los dos, la cliente y el empleado. Siempre hay espacio para pedir perdón por algún mal causado en la vida de otra persona. Además, es necesario saber perdonar también, es un gesto noble.
En una publicación en su blog oficial, el obispo Edir Macedo explica que muchos no tienen la mínima idea de la importancia del perdón. Lo asocian a algo habitual, que el tiempo puede borrar. “Si fuera así de simple, con certeza, el Señor Jesús no lo hubiese puesto como obligatorio (Mateo 6:14-15), ni que se perdonara tantas veces como fueran necesarias (Mateo 18:22)”.
De acuerdo con el obispo, el perdón salva, libera, cura, transforma, en fin, identifica algo Divino. Al contrario del rencor o del resentimiento, que alimentan el odio, la ira, las contiendas y, finalmente, matan. “La falta de perdón significa condenación”, advierte el obispo.
Cuando nos perdonamos a nosotros mismos y a quien nos hace mal, creamos una onda de energía positiva que trae beneficios no solo para nuestra propia vida, sino para todos los que nos rodean. Por eso, no guarde resentimientos.
¿Y usted? ¿Necesita perdonar o pedir perdón, pero no está lográndolo? Acérquese y participe de la Noche de la Salvación, los miércoles a las 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070.
Para encontrar la dirección de una Universal más cercana a su domicilio ingrese aquí, e incluso usted puede recibir una orientación espiritual sobre el tema.
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