Conocer la Biblia es muy importante para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Números 2
1 Habló el Señor a Moisés y a Aarón, diciendo:
2 Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión acamparán.
3 Estos acamparán al oriente, al este: la bandera del campamento de Judá, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Judá, Naasón hijo de Aminadab.
4 Su cuerpo de ejército, con sus contados, setenta y cuatro mil seiscientos.
5 Junto a él acamparán los de la tribu de Isacar; y el jefe de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar.
6 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
7 Y la tribu de Zabulón; y el jefe de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón.
8 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y siete mil cuatrocientos.
9 Todos los contados en el campamento de Judá, ciento ochenta y seis mil cuatrocientos, por sus ejércitos, marcharán delante.
10 La bandera del campamento de Rubén estará al sur, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Rubén, Elisur hijo de Sedeur.
11 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y seis mil quinientos.
12 Acamparán junto a él los de la tribu de Simeón; y el jefe de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai.
13 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y nueve mil trescientos.
14 Y la tribu de Gad; y el jefe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Reuel.
15 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.
16 Todos los contados en el campamento de Rubén, ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, por sus ejércitos, marcharán los segundos.
17 Luego irá el tabernáculo de reunión, con el campamento de los levitas, en medio de los campamentos en el orden en que acampan; así marchará cada uno junto a su bandera.
18 La bandera del campamento de Efraín por sus ejércitos, al occidente; y el jefe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de Amiud.
19 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta mil quinientos.
20 Junto a él estará la tribu de Manasés; y el jefe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur.
21 Su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y dos mil doscientos.
22 Y la tribu de Benjamín; y el jefe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni.
23 Y su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y cinco mil cuatrocientos.
24 Todos los contados en el campamento de Efraín, ciento ocho mil cien, por sus ejércitos, irán los terceros.
25 La bandera del campamento de Dan estará al norte, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai.
26 Su cuerpo de ejército, con sus contados, sesenta y dos mil setecientos.
27 Junto a él acamparán los de la tribu de Aser; y el jefe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán.
28 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y un mil quinientos.
29 Y la tribu de Neftalí; y el jefe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán.
30 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y tres mil cuatrocientos.
31 Todos los contados en el campamento de Dan, ciento cincuenta y siete mil seiscientos, irán los últimos tras sus banderas.
32 Estos son los contados de los hijos de Israel, según las casas de sus padres; todos los contados por campamentos, por sus ejércitos, seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
33 Mas los levitas no fueron contados entre los hijos de Israel, como el Señor lo mandó a Moisés.
34 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que el Señor mandó a Moisés; así acamparon por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus padres.
Salmos 36
1 La iniquidad del impío me dice al corazón: no hay temor de Dios delante de sus ojos.
2 Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, de que su iniquidad no será hallada y aborrecida.
3 Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien.
4 Medita maldad sobre su cama; está en camino no bueno, el mal no aborrece.
5 El Señor, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.
6 Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande. Oh Señor, al hombre y al animal conservas.
7 ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
8 Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
9 Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
10 Extiende tu misericordia a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón.
11 No venga pie de soberbia contra mí, y mano de impíos no me mueva.
12 Allí cayeron los hacedores de iniquidad; fueron derribados, y no podrán levantarse.
Eclesiastés 12
1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;
2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia;
3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
4 y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas;
5 cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles;
6 antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo;
7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
8 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.
9 Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios.
10 Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad.
11 Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.
12 Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne.
13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
Acompañe la lectura del 114° día ingresando aquí.
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