Muchas personas dejan la puerta de su casa (vida) abierta y se quejan cuando el diablo entra y hace lo que quiere.
Darle brecha al diablo a través de la desobediencia a Dios, aunque sea en cosas pequeñitas, es abrirle la puerta para que haga lo que quiera en nuestras vidas.
«Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.» Génesis 4:7
Por eso, ¡no cedamos ante el pecado!
Obispo Júlio Freitas