Célia Borges Martins, de 33 años, y Alvânio Araujo Martins, de 41 años, están casados hace 10 años. Ella llegó a la Universal llena de complejos y problemas de salud, por la invitación de Alvânio, su exnovio en aquella época. Él, por su lado, aceptó una invitación hecha por su madre. Aunque frecuentaba otra denominación, se sentía vacío e infeliz sentimentalmente.
Después de que comenzó a participar de las reuniones de la Universal, Alvânio llevó a su padre, Antonio, a una hermana y a la esposa de un primo. “Mi padre también llevó a los hijos y a sus nietos. Los demás sobrinos, primos, hermanas y Célia, hoy mi esposa, también fueron. La esposa de mi primo, Naiara, invitó a su esposo, Fabiano. Hoy, ambos son obreros y sus hijos van a la Universal. De cierta forma, son frutos de mi fe”, cuenta.
Hoy, 14 miembros de la familia de Alvânio frecuentan la Universal y ocho de ellos son obreros. Para él, es una honra servir a Dios en familia. “Es gratificante y también una gran responsabilidad, ya que pasamos a ser una referencia. Soy grato a Dios y me siento privilegiado.”
Juntos por la fe
“La Obra de Dios es la continuación del trabajo del Señor Jesús, a través de nosotros por el Espíritu Santo, llevando amor, esperanza, fe, la solución de los problemas, paz y, sobre todo, la salvación. Esa es la importancia de servirlo. Mi esposa Célia y yo, fuimos los primeros que fueron consagrados a obreros. Desués, fueron mis sobrinos Anderson, Naiara y mis dos primos Klebson y Fabiano, que fue levantado recientemente.” Todos son obreros de la sede de Jundiaí (San Pablo).
El matrimonio cuenta cómo descubrió la vocación y el deseo de ayudar en el trabajo voluntario que se realizan en los proyectos de la Universal. “El deseo de servir a Dios surgió después de haber resuelto los problemas, de lograr una transformación de vida y de recibir el Espíritu Santo. También cuando vimos el trabajo y el cuidado de los pastores y obreros por el pueblo. Surgió, entonces, el deseo de llevar a las personas a Aquel que cambió toda mi vida”, relata. Célia agrega: “Quiero mostrarles a las demás personas que hay una salida, eso era algo que yo pensaba que no existía.”
Ser ejemplo
Además de cuidar y luchar por las personas que llegan diariamente descreídas a las iglesias, los obreros también luchan por sus familiares.
Así como Alvânio, le llevó la Palabra de Dios a gran parte de su familia, lo mismo puede suceder en la vida de aquellos que creen y tienen fe. “El mensaje que les dejo a aquellos que luchan por sus familiares es que nunca desistan y no tengan apuro, porque es el Espíritu Santo quien hace la obra a través de nosotros. El secreto es creer en la promesa que Él hizo de salvar a nuestra casa.”
Y, claro, es fundamental el buen testimonio. “Porque ser un buen testimonio habla sin usar ninguna palabra, es la prueba de que somos de Dios o no. Él revela la hipocresía o la verdad que confesamos de Cristo. De nada sirve un uniforme o palabras lindas si no presentamos un buen testimonio”, dice.
La Universal tiene varios proyectos sociales y, a través de sus voluntarios, actúa en varios sectores de la sociedad, con el objetivo de llevar ayuda emocional, psicológica, material y sobre todo, espiritual a los necesitados, en asilos, orfanatos, hospitales, cárceles y comunidades entre otros lugares.
Ingrese en los links y conozca alguno de esos proyectos.
Proyecto Rahab (Ayuda a las mujeres víctimas de violencia doméstica)
Proyecto T-Amar (Apoyo a las adolescentes embarazadas y a las madres solteras)
Proyecto Leer y escribir (Alfabetización de jóvenes y adultos)
T-Ayudo (Acciones sociales en las comunidades)
Grupo Caleb (Incentivo y ayuda a los adultos mayores)
Fuerza Joven (Actividades con los jóvenes)
¿Se identificó con alguno de estos proyectos? Entonces no pierda más tiempo, busque una Universal más cercana y obtenga información para ser un voluntario.
No se olvide: “… Más bienaventurado es dar que recibir.” Hechos 20:35
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