¡Hola, señora Cris!
Estaba pensando en el poder de la mujer de Dios en la vida de un hombre de Dios, y meditando estos días sobre Sara, leí un versículo que me llamó mucho la atención…
“Pero Dios dijo: No, sino que Sara, tu mujer, te dará un hijo, y le pondrás el nombre de Isaac; y estableceré Mi pacto con él, pacto perpetuo para su descendencia después de él. Y en cuanto a Ismael, te he oído; he aquí, Yo lo bendeciré y lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera. Engendrará a doce príncipes y haré de él una gran nación. Pero Mi pacto lo estableceré con Isaac, el cual Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene.” Génesis 17:19-21
Vemos que lo importante no fue solo la semilla de Abraham, pues tuvo un hijo con una sierva. Incluso, la sierva hacía las cosas, pues era “sierva”, pero solamente hacía, no “era”.
Así, lamentablemente, hay muchos en la Obra de Dios, personas que solo hacen, pero que no son de Dios. Obedecen al hombre, como Agar lo hizo desde el principio, pero no oyen la Voz de Dios.
Cuando Sara salió de Harán con Abraham, no fue por obligación, sino porque confió en la Voz de Dios a su marido. Ellos engendraron a Isaac, y Dios dijo que haría un pacto con él, sin embargo, a Ismael solo lo bendeciría a causa de Abraham.
A ejemplo de eso, ¿cuántos Ismael nacieron de Agar en nuestro medio? Pastores, esposas, obreros que incluso fueron “bendecidos” e hicieron muchas cosas, pues usaron el Nombre de Jesús y la Palabra, ¡pero no había un pacto con Dios! Y lo peor, después terminaron siendo enemigos del pueblo del pacto, trayéndole discordia y problemas al pueblo de Dios, ¡como la descendencia de Ismael trae hasta hoy!
Pero, por otro lado, cuando vemos a alguien siendo generado espiritualmente por una Sara, sabemos que de allí nacerá alguien como Isaac, que hizo un pacto con el Señor. ¡Son personas así las que permanecen, que tienen temor con las cosas de Dios, que andan en la presencia de Dios y que son perfectos!
Si la persona es como Sara, va a generar hijos con un pacto con Dios. Pero si son como Agar, que es solo “sierva”, que hace la obra, pero no tiene vida con Dios, va a generar solo “Ismaeles” en la Obra de Dios.
Es por eso que, cuantas más “Saras” haya en nuestro medio, ¡más personas con un pacto con Dios habrá en la Obra!
“Y Sara vio al hijo que Agar la egipcia le había dado a luz a Abraham burlándose de su hijo Isaac, y dijo a Abraham: Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de ser heredero juntamente con mi hijo Isaac.” Génesis 21:9-10
Aquí vemos por qué Sara no quiso más a Ismael cerca de Isaac. En ese momento, ¡incluso pareció ser alguien sin pena ni compasión del niño que tenía solo sus 14 años, e Isaac, 7 años! Pero Ismael se burló…
En los días de hoy, vemos a muchos hijos de Agar burlándose de los hijos de Sara, de los que quieren hacer lo correcto, que quieren siempre obedecer la dirección, hacer de todo para agradar a Dios y, así, rozaron incluso la perfección, viviendo una vida castrada, el famoso “de la iglesia a casa”. ¡Somos siempre burlados por eso! Quizás, Isaac incluso haya hecho algo que agradó a Dios e Ismael se burló de él.
Más adelante, vemos que cuando Abraham, no estando de acuerdo con Sara, fue a consultarle a Dios, Dios estuvo de acuerdo con Sara, en echar fuera a Agar y a Ismael.
A veces, muchos no van a estar de acuerdo con nosotros en determinada cuestión, principalmente en hacer lo correcto, ¡pero Dios sí! Pues, cuando se quiere agradar a Dios, como lo hizo Sara, siempre aparece un Ismael en la misma tienda intentando influenciar a Isaac a desagradar a Dios.
Así sucede con muchos que salen de nuestro medio. Dios incluso permite la salida para no corromper a Sus hijos, los nacidos de Dios, que generan hijos nacidos de Él.
Colaboró: Ana Paula Leite Pinheiro