Rocío: “Mi hijo estaba internado en Terapia Intensiva con un virus muy agresivo. Los doctores no me daban esperanzas, creían que no iba a salvarse, solo aseguraban que estaba grave. Me pidieron que esperara. Estuvo mucho tiempo así.
Empecé a venir acá. Usaba el Lienzo, se lo pasaba cuando estaba entubado y dormido, cada vez que entraba a verlo. Venía todos los martes, hasta que le pudieron sacar el respirador y poco a poco se fue recuperando. En una semana mi hijo mejoró. Gracias a Dios está vivo”.
Faustina: “Vine con mucho dolor en el cuello y en la espalda. Ni siquiera podía levantar los brazos. No podía dormir de noche. Usé el Lienzo y ahora no los siento. Estoy sana”.
Nora: “Tenía dolor en la espalda, en los brazos y también en la cabeza. Hacía dos semanas que estaba así. Era una molestia extraña. Al usar el Lienzo, se fue, no me duele nada”.
“Me dolía la panza, todo lo que comía me caía mal, hace un montón que estaba así. Vine, usé el Lienzo Consagrado y ahora me siento bien. Me dolía muchísimo y ahora no me duele”.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
La Iglesia Universal del Reino de Dios aclara que todos los conceptos emitidos en este periódico, como en su programación radial y televisiva, en modo alguno deben ser interpretados en desmedro de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJE DE CONSULTAR A SU MÉDICO.
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