“Yo salí de la morgue”
Basilio: “Me operaron, sufrí una mala praxis de la vesícula, prácticamenteme descuartizaron. Estuve tan mal, que salí de la morgue. Yo estaba piel y hueso. Me entregué a Dios, era una cuestión de vida o muerte. Además, en ese tiempo, no tenía una moneda. Aun así, sacrifiqué y el Señor me bendijo. Había estado 14 años sin empleo y a la semana me llamaron de un trabajo. Alquilaba, pero ahora tengo mi casa”.
“Dios curó a mi hijo”
Esperanza: “Cuando llegué a la Universal, mi vida estaba mal. Uno de mis hijos tenía un movimiento en la cabeza y en las manos, temblaba. Por eso, subí al Altar e hice un voto con el Señor por él. Hasta que un día, en un almuerzo, me di cuenta que estaba curado. Hasta el día de hoy, no tiene nada. Estoy feliz, agradezco a Dios por haber sanado a mi hijo, Él lo curó completamente”.
“Pude comprar mi casa”
“Llegué acá con más de 200 mil dólares de deuda. Le debía al banco, a la financiera y a los proveedores. Hice un voto con Dios, me costó, pero valió la pena. De a poco, pude cancelar lo que debía. Estoy feliz porque logré pagarlas, no podía seguir en esa situación. Volví a sacrificar y compré mi departamento. Tener casa es algo que da mucha tranquilidad. La Hoguera Santa es una inversión”.
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La Iglesia Universal del Reino de Dios aclara que todos los conceptos emitidos en este periódico,como en su programación radial y televisiva, en modo alguno deben ser interpretados en desmedro de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJE DE CONSULTAR A SU MÉDICO.