Raúl: “Tuve un grave accidente en 2001, casi muero por la sangre que perdí. En ese momento, estuvieron a punto de cortarme una pierna.
Me operaron y no necesitaron amputarla. Sin embargo, esa intervención fue difícil. Debieron poner la arteria de una pierna en la otra. Yo tenía fuertes dolores, incluso hasta hace poco los sentía y rengueaba.
Pero desde que, todas las noches antes de dormir, me paro en el Punto de Luz y oro; ya no siento dolor.
A pesar de las cirugías por las que pasé, estoy bien y puedo caminar normalmente gracias a Dios”.
Susana: “Durante 35 años sufrí un problema en la sangre. Los glóbulos rojos no se reproducían y cada dos meses me tenían que transfundir. Mi cuerpo funcionaba mal.
Tenía dolor en el cuerpo, también en los huesos. Sufría mareos, me dolía el pecho y por la mañana, no podía ver nada.
Debía empezar a hacerme diálisis y otro tipo de tratamientos.
Al usar el Punto de Luz y creer en Dios, me liberé y fui sanada. Los estudios salieron bien, no tengo absolutamente nada, los médicos no saben cómo pasó. Estoy perfecta”.
Adriana: “Tengo dos tumores en la cabeza. Uno provocó que perdiera la audición de mi oído izquierdo. Del otro que me quedaba, estaba mal la trompa de Eustaquio. Hasta la semana pasada me propusieron una cirugía para liberar la presión interna.
Pero usé el Punto de Luz por las mañanas y las noches. Además le pedí a Dios que me cuide para no caerme y quebrarme por la osteoporosis.
Me entregué, determiné que no me operaría y acá estoy. Fui al otorrino a llevarle los resultados y me dijo que ya no era necesaria la cirugía, está todo en orden”.
Participe los viernes a las 8 h, 10 h, 12 h, 16 h y principalmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro o haga clic aquí y vea la dirección de la iglesia más cercana a su hogar.
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