“Judas, SIERVO de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los LLAMADOS, SANTIFICADOS en Dios Padre, y GUARDADOS en Jesucristo.” Judas 1:1
Leyendo este primer versículo de la carta de Judas (otro Judas, no el traidor), cuatro palabras me llamaron la atención.
SIERVO:
La primera condición para hacer la Obra de Dios es colocarme a entera disposición de nuestro SEÑOR JESÚS.
Si hubiera algún interés propio, una mínima intención personal, pierdo la condición de verdadero siervo.
LLAMADOS:
La carta está dirigida a los que fueron llamados.
Cuando somos llamados por Dios para Su obra, tenemos que sacrificar la propia vida en el Altar para hacernos escogidos.
SANTIFICADOS:
Significa separados del mundo, del pecado, de la malicia, de la iniquidad, en fin, vivir en este mundo, pero sin formar parte de él.
GUARDADOS:
Allí está el secreto de la Salvación.
Mantenerse escogido hasta el último día.
Muchos, en la caminata de la fe, acaban siendo vencidos por el tiempo.
Comienzan bien pero no terminan.
Solo tendrán derecho a la vida eterna los que se mantengan firmes hasta el fin.
“…Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.” Apocalipsis 2:10