Daniel Pascariello: “Yo llegué a la Iglesia con ganas de suicidarme. Caminaba al lado de las vías del tren para poder tirarme, pero cuando pasó no lo hice. Continué en el camino y así terminé en la Universal de Casanova. Todo comenzó con los problemas espirituales, escuchaba sonidos y veía apariciones. En mi casa se rompían las cosas sin explicación. Me refugié en el alcohol, cada vez tomaba más porque no podía dormir. Sentía que me atacaban por la espalda. Yo quería volver a mi hogar, pero prefería la calle, temía lo que me perturbaba al volver. Surgieron complicaciones económicas, un día entré a mi casa y no había luz, ni agua, me habían cortado los servicios, todo eso me hizo pensar en la muerte. Lo peor fue enterarme que mi mujer me había sido infiel durante cinco años. Luego de su infidelidad intentamos recuperar la pareja, la perdoné y volvió a engañarme; decidimos separarnos. Pasaron tres meses en los que no salí de la casa, estaba destruyendo mi vida. Me decían que debía seguir adelante y yo no tenía ganas de nada. Había fracasado. Después de llegar a la Universal, luché, pude sanar mi interior y restablecer mi vida. Durante un tiempo estuve deprimido, me costó avanzar, sobre todo los primeros días. Sin embargo, al mes, pude dejar de tomar. Conocí a una mujer de Dios, nos casamos, los dos estamos en la fe. Me liberé de a poco, fue un proceso, la depresión que sufría desapareció. Ya no tengo deseos de suicidarme, quiero vivir, todo fue gracias a Dios”.
Quizás, muchas veces pensó que la depresión y usted son uno. No se resigne a que sea su compañera de vida, necesita alejarse porque, en realidad, es su enemiga. La depresión usa sus emociones, pensamientos y recuerdos para atacarlo.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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