Por lo general, hay algo en común en las historias de las personas que se destacan de manera positiva en el área profesional o personal: ellas hicieron más de lo que otros esperaban de ellas. Algunas presentaron un resultado que, incluso, fue más allá de sus expectativas.
En la década del ‘90, el norteamericano Greg Rogers era el subgerente de una cafetería de la red Starbucks, en California. Como las ventas de café caliente caían de manera vertiginosa durante el verano, Rogers necesitaba algo para mantener el movimiento de clientes. Con elementos que tenía en stock, casi sin tener recursos extras, inventó una bebida que, básicamente, contenía hielo molido, vainilla, leche, y obviamente, café, con algunas variantes. La clientela la aprobó. Resultado: Rogers creó un producto en el menú que, por sí solo, rinde más de US$ 1 billón por año.
Este hombre terminó por volverse la leyenda viva entre los emprendedores y les brinda asesoría a megaempresas de diferentes rubros.
Los profesores Thomas Bateman y J. Michael Crant, de las Universidades norteamericanas de Carolina del Norte y Notre Dame (Indiana), analizaron a profesionales con ese perfil y consideraron que ellos son esenciales para el mundo corporativo actual.
Bateman comparo a dos personas en el mismo cargo: “una asume tareas, arroja nuevas iniciativas, genera cambios constructivos, lidera de manera proactiva; la otra ‘se deja llevar’, se conforma, apenas sobrevive, deja todo como está. El que hace más que su obligación trata los asuntos de frente, promueve reformas constructivas y el que no lo hace sigue el flujo pasivamente, en piloto automático”. Vea, en la página de al lado, algunos consejos que se extrajeron de sus estudios.
Camine la segunda milla
Hace miles de años, el Señor Jesús confirmó esto en el pasaje bíblico de Mateo 25:14-30. En él, cuenta la historia de tres siervos que recibieron cada uno, de parte de su señor que estaba por viajar, uno, tres y cinco talentos (moneda de la época) para que la guardaran. Los dos que recibieron dos y cinco talentos duplicaron la cantidad al invertirla. El que recibió uno, por miedo a perderlo, lo escondió y no tuvo ninguna ganancia.
Ese fue rechazado por su patrón cuando regresó del viaje, mientras que los otros dos recibieron privilegios y evolucionaron en su trabajo.
Nuevamente, el Señor Jesús da en la Biblia no solo un consejo sobre cómo reaccionar delante de las adversidades, sino sobre la importancia de esforzarse para tener el éxito: “y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.” (Mateo 5:41). El que hace algo de manera pasiva, solo por una obligación, cumple con la primera milla como todos y no logra destacarse en medio de la multitud que disputa un lugar, pero es en la segunda milla donde el que tiene más para ofrecer se destaca.