Dios llamó a Moisés al Monte Sinaí y le hizo una promesa: “Y Moisés subió hacia Dios, y el Señor lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a Mí. Ahora pues, si en verdad escucháis Mi voz y guardáis Mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.”, (Éxodo 19:3-6 LBLA).
Dios Le prometió al pueblo de Israel, tres cosas: que serían Su especial tesoro, un reino de sacerdotes y gente santa; pero ellos debían guardar Su pacto, dar oído a Su voz y obedecer Su palabra.
El Señor nos promete ser reyes, Él nos salvó y dio la vida de Su Hijo por nosotros, para que vengamos a reinar sobre el pecado, la enfermedad, la miseria, sobre todo. Por eso, usted no puede aceptar tener una vida de esclavitud, todo esos problemas deben estar bajo sus pies.
Satanás es el príncipe de este mundo, pero un rey está por encima del príncipe y éste tiene que doblar sus rodillas.
Un pacto exige sacrificio, fidelidad y lealtad. Si usted esta cansado de vivir una vida de apariencia y cree en esta Palabra y quiere dar oído a la voz de Dios, puede hacer un alianza con el Señor y entregarle su vida completamente. De esa manera, Dios sellará ese pacto con el Espíritu Santo.
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