El año está por terminar y para muchas personas el balance de la economía familiar fue un fracaso: la crisis económica afectó los emprendimientos, las deudas ensuciaron la reputación de mucha gente y los desempleos sumaron una mochila de otros problemas. Es decir, las malas noticias terminaron con la esperanza de conquistar los sueños personales.
Por ese motivo, en la reunión de la Nación de los Vencedores se realizó la unción con el Aceite de las Buenas Noticias. Las personas ungieron sus oídos y sus celulares para recibir, a través de la fe, buenas noticias.
El problema de la incredulidad
Después de la unción, el pastor reflexionó sobre el pasaje bíblico de Hebreos 3:12-14 y explicó de qué manera la incredulidad afecta a la fe: “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo…”
Las personas se escandalizan por pecados grotescos, como el adulterio, el robo, los asesinatos, etc. Pero hay un pecado que es mucho peor que estos y que, además, es muy sutil: la incredulidad. Muchos escuchan los testimonios de personas que lograron cambiar su vida a través de la fe, pero aun así no creen que sus vidas también pueden cambiar.
Un ejemplo bíblico
Cuando los hebreos salieron de la esclavitud de Egipto, rumbo a la Tierra Prometida, muchos fueron incrédulos, aunque vieron las maravillas de Dios. ¿Cómo podían dudar de Dios cuando habían sido espectadores de las diez plagas, cuando habían visto el mar abrirse y ser libres al cruzarlo en seco?
Pero ¿cómo terminó todo? Obviamente, el pueblo no llegó a su destino. Todos murieron en el desierto. Solamente Josué, Caleb y los descendientes llegaron a la Tierra Prometida.
La incredulidad hace que el corazón se vuelva malo y eso aleja a la persona del Señor.
Analícese: ¿Cómo es usted cuando llega el momento de la prueba? ¿Cree o no cree?
Participe este lunes a las 8 h, 10 h, 12 h, 16 h y principalmente, a las 20 h. En el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070, Almagro, y en todas las Universal del país.
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