Fuente de vida son los pensamientos libres de la malicia. Esta no solo ha corrompido la pureza de la buena fe, sino que ha sido la principal responsable por la caída de muchos cristianos.
La frialdad del amor en los últimos días no se refiere a las relaciones entre las personas, sino con relación a Dios. Este tipo de amor se refiere al amor proveniente de la fe. Eso ha sido visible en los días actuales.
La calidad de fe cristiana actual se ha igualado a la misma vivida por Israel en los días del profeta Jeremías. Hay una enorme apostasía de la fe hoy en día. Y todo eso generado por la malicia.
Sugiero la meditación, no la lectura, del noveno capítulo de Jeremías. Destaco lo siguiente:
“Mi pueblo… Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y se fortalecieron en la tierra, pero no para ser fieles; porque de maldad en maldad procedieron, y me han desconocido, dice el Señor.” Jeremías 9:3
El fortalecimiento del “cristiano” malicioso, es decir, su prosperidad, no ha sido para honrar al Señor Jesús, sino para disputar intereses personales. Por eso, genera malicia.
“Guárdese cada uno de su compañero, y en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano actúa con falacia, y todo compañero anda calumniando. Y cada uno engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; han enseñado a su lengua a hablar mentira, se fatigan en cometer iniquidad. Tu morada está en medio del engaño; por ser tan engañadores, rehusaron conocerme, dice el Señor.” Jeremías 9:4-6
Cuando el Espíritu advierte contra la mala conciencia, en realidad, está refiriéndose al espíritu de la malicia. Muy común entre los convencidos y no convertidos. Es necesario mantenerse vigilante todo el tiempo para no permitir el acceso de la malicia al corazón.