Se sabe que las amistades son muy importantes para las mujeres. Por supuesto que es muy bueno pasar momentos con las personas que queremos, intercambiar experiencias, escucharnos, darnos consejos, reír y ver a una antigua amiga que estaba lejos. Sin embargo, la amistad es como cualquier otro tipo de relación, para desarrollarla es necesaria la dedicación de ambas partes. Por lo tanto, no es solo desear tener amistades a su alrededor, sino también saber cómo apoyar, escuchar y ser un “hombro amigo” cuando sus amigas lo necesitan.
El problema es que muchas mujeres quieren tener amigas cercanas, principalmente cuando pueden darles algo, pero ellas no se dan en la misma proporción. Quieren que sus amigas apoyen sus errores o les digan solamente lo que quieren escuchar. Si alguien así está cerca de usted, tenga cuidado, esa persona no quiere su bien.
Lo que no entienden es que lo más importante es ser una mujer que lleva la esencia de una verdadera amistad, que quiere el bien de su amiga, que se entrega y que se preocupa por ella cuando es necesario. A fin de cuentas, una verdadera amiga no es egoísta ni quiere el mal de la otra. Por lo contrario, se pone feliz con sus logros y se esfuerza por ayudar con palabras y actitudes en los momentos difíciles, se preocupa por estar siempre disponible.
Si la mujer no ofrece esta ofrenda sincera de ayuda y apoyo, ella será solo una conocida. Este comportamiento puede ser la respuesta a las preguntas de muchas que no tienen amigas, o que dicen que las demás personas no la consideran una buena amistad.
Para reflexionar
Uno de los grandes mandamientos que el Señor Jesús dejó en la Biblia es sobre el amor al prójimo. Esta es la actitud que también mueve la relación de amistad, el amor y el cariño verdadero por la persona que está a su lado. La buena amistad es tan importante en la vida del ser humano que otros pasajes de las Escrituras Sagradas tratan el tema, como en el libro de Eclesiastés: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero…” (Eclesiastés 4:9-10)
La verdadera amistad juega un papel importante en la vida de todos. Por ejemplo, tiene el poder de ayudar a alguien a resolver un problema o librarlo de perjudicarse con alguna actitud.
Analice si usted ha sido una verdadera amiga o una conocida egoísta, que solo piensa en recibir algo de sus amigas y no darles nada a ellas. Si nota que no hay complicidad, respeto, lealtad y apoyo de su parte con sus amigas, cambie. Comience ahora a tener nuevas actitudes y, así, alcanzará resultados grandiosos y amistades que aportarán mucho a su vida.