Muchos hombres tienen la costumbre de decir que la mujer es insegura por naturaleza. Bien, es más fácil criticar que preguntarse a sí mismo: ¿Su manera de actuar ayuda a que su mujer tenga más seguridad o no? Y eso se refiere a sentirse segura con respecto a usted, a la relación, a ella misma, a los hijos, entre otras cosas.
Un hombre seguro le transmite seguridad a la mujer que ama, sabe tomar decisiones, lidiar mejor con los problemas y dilemas de la vida cotidiana y hasta con situaciones más desafiantes, incluso las que suceden de forma imprevista.
El problema es que vemos muchos hombres inseguros por allí. Esa característica no solo atrasa, sino además impide progresos, conquistas y victorias. Claro, no todos tienen esa seguridad “de fábrica”. Entonces, ¿cómo hacer para desarrollarla e incluso, inspirar a los que están a su alrededor para que también la obtengan?
Busque ayuda
No tenga nada de orgullo. Algunos hombres creen, de manera equivocada, que pedir ayuda es una señal de debilidad y, por eso, perecen cuando no tienen fuerza para enfrentar algo por sí solos. Un hombre cristiano, consciente de quién es su Dios, entiende que, con el Espíritu Santo, puede ir más allá de sus límites propiamente humanos. El que no pide ayuda, un consejo o una dirección a sus semejantes con más experiencia, cae en un gran error.
Aprenda con la derrota
Un hombre seguro sabe que la vida está llena de “nos”, pero que es necesario buscar el sí. Para él, perder ahora no significa que no vencerá más adelante. Incluso, en algunos la derrota les provoca una indignación positiva que los impulsa con más fuerza rumbo a la victoria.
Perfecciónese siempre
A un hombre, saber que siempre está actualizado le da más seguridad delante de los desafíos profesionales, intelectuales, espirituales y en diferentes otros aspectos. Para eso, siempre se informa, aprende y se fortalece, es decir, siempre crece.
Sea disciplinado
Nadie tiene éxito de verdad sin tener la disciplina que lo lleva a dedicarse. Un hombre que conquista su lugar bajo el sol no hace solo lo que tiene ganas de hacer (pues a veces, verdaderamente, no tiene ganas), sino lo que se debe hacer, siempre que sea necesario. Eso se aplica a la salud, a la profesión, a la familia, al dinero, etc. Nadie confiará en un descuidado o mimado que solo hace lo que quiere y cuando quiere.
Sea determinado
Tener ganas de desistir cuando las cosas están difíciles es normal, pero nadie vence cuando desiste. La determinación, el enfoque y la resiliencia generan hombres fuertes, seguros y realizados.
Sea coherente
Actúe de acuerdo con lo que usted piensa o predica. Por ejemplo, ¿de qué sirve dar consejos sobre la fe si usted no medita en la Palabra de Dios? ¿De qué manera le aconsejará a un amigo que piensa en traicionar a su novia, si él ya lo vio acosar a una mujer? ¿Cómo puede exigirle disciplina a su hijo, si él presencia su pereza y su descuido? El que habla y cumple su palabra transmite más firmeza en todo, incluso en su carácter.