Es muy frecuente, al principio del año, que las personas planeen y creen expectativas para sus vidas en periodos como estos. Sin embargo, debemos comprender que el éxito total de nuestra vida (tanto en este mundo, como en el venidero) depende exclusivamente de la calidad de nuestra comunión con Dios.
No obstante, para que permanezcamos firmes hasta el fin, necesitamos ser fuertes. Por esta razón, el Altísimo le aconsejó a Su Pueblo: “Guardad, pues, todos los mandamientos que Yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla…” Deuteronomio 11:8
Más adelante, Dios le dijo a Josué algo parecido: “Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.” Josué 1:6
Use su fe para vencer
Es un hecho que, a lo largo de la vida, emprendemos muchas luchas. Sobre todo, en el campo espiritual, donde los espíritus malignos disputan constantemente por las almas de los que viven en el mundo terrenal. Por eso, no podemos dejar las batallas al azar, debemos tomar el control. Y nuestra principal arma para que permanezcamos fuertes en esta trayectoria es la fe.
En el libro Como vencer as suas guerras pela fé (Cómo vencer sus guerras por la fe), el obispo Edir Macedo orienta sobre este tema: “¿Cómo es posible tomar posesión del Reino de los Cielos sin contrariar la propia voluntad? ¿Cómo es posible salvar el alma por la fe utilizando las emociones? ¿Cómo es posible vencer una guerra con los sentimientos? Si es por la fe, entonces es necesario guerrear en contra de los deseos del propio corazón. Si es por la fe, ¡entonces es por la guerra! La guerra contra las tinieblas de las dudas. Las guerras contra las propuestas de facilidades del mundo. La guerra contra las inclinaciones de la carne.”
No fue por casualidad que el Señor Jesús les advirtió a los discípulos: “Y seréis aborrecidos de todos por causa de Mi Nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” Mateo 10:22
Esto significa que debemos ser fuertes y fieles a Dios incluso en las persecuciones y en las dificultades. En el libro, además, el obispo Macedo aclara que, así como la fe es nuestra mejor arma, la duda es la mejor arma de los espíritus malignos. Porque las incertidumbres, los malos pensamientos y las emociones debilitan la fe. Por lo tanto, necesitamos ser más resistentes que el mal en esta batalla por la vida.
Sea fuerte y tenga valentía
Quizás, usted ha sufrido con problemas familiares, enfermedades, deudas, depresión, entre otros males. Sin embargo, debe entender que usted no puede aceptar esta situación en su vida. No se entregue a las luchas. Además, entienda que, si usted desea resultados diferentes, necesita adquirir una nueva mentalidad. Por eso, participe de las reuniones diarias que se llevan a cabo en el Templo de la Fe o en la Universal más cercana a usted.