El apóstol Pedro dijo:
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio…” (Hechos 3:19)
¿Qué es arrepentirse?
Es cuando la persona reconoce sus errores y dice: “Yo he hecho muchas cosas malas, reconozco que me equivoqué. ¡Ya no quiero ser quien soy! ”
Pero Pedro dijo arrepentíos y convertíos.
¿Y qué es convertirse?
Es cambiar de dirección.
Es que algo o alguien sea lo que antes no era.
La persona debe arrepentirse y convertirse.
Si mentía, no debe mentir más.
Si tenía el vicio de ver pornografía, debe abandonarlo para siempre.
Debe abandonar la malicia, los malos ojos.
Pedro dijo que, si ellos hacían eso, de la presencia del Señor vendrían “tiempos de refrigerio”.
Eso quiere decir tiempos de descanso, tiempos de alivio.
La persona puede haber sido la peor del mundo, y el diablo puede haberle dicho que para ella ya no habría salida, pero, si se arrepiente y se convierte, sus pecados son borrados y pasa a ser una nueva criatura.
Si la persona se entrega de todo corazón, recibe ese refrigerio que es el Espíritu Santo.
Aunque haya sido despreciada por toda la sociedad, la Palabra de Dios no la desprecia.
Hay quienes darían todo lo que tienen por un poco de paz, y esa paz no se compra, solo el Señor Jesús la puede dar cuando la persona se arrepiente, se convierte, y se entrega 100% en el Altar.
Es entonces cuando Dios le da tiempos de refrigerio.
Piense en eso.