Marcela fue libre de la depresión tras 28 años de sufrimiento y hoy cuenta su testimonio: “Intentaba salir de la depresión por mis propios medios, saliendo con amigos, yendo a bailar. Y en ese contexto me relacionaba con personas que no me hacían bien, o no eran personas que yo soñaba tener a mi lado para que me ayudaran a recuperarme. También fui a psicólogos, quería encontrar una salida, pero, a la vez, empezaba un tratamiento y no lo terminaba. La depresión aumentaba, lloraba todos los días, me sentaba a la mesa para comer y lloraba. Hasta que llegó un día que le dije a mi hermana que me llevara a algún lugar porque me sentía mal. Ella me acompañó hasta el hospital. Me atendió una psicóloga y me medicó, pero los medicamentos no me hacían bien, me debilitaban, me mareaban. Siempre dejaba de tomar los antidepresivos y buscaba la solución por otro lado, pero nunca la encontraba, había un vacío dentro mío. Hasta que un día llegué al tratamiento, por medio de una invitación. Empecé a ir todos los días porque cuando entraba al lugar me sentía mejor. Fue una lucha, tuve que perseverar, pero gracias a Dios pude salir de la depresión. Ya no tengo ese vacío que tenía. Hoy me relaciono con personas que me hacen bien, no que me hacen daño. Hoy sí, soy feliz. Yo recomiendo el tratamiento, es gratuito y sin medicamentos. Como yo pude ser libre, las demás personas también pueden ser libres”.
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