Para los miembros de la Iglesia Universal, recibir un ejemplar de la Folha Universal ya forma parte del ritual de todas las mañanas de domingo, cuando participan del Encuentro con Dios, la principal reunión de la Iglesia, en la cual la edición semanal del periódico es distribuida como primicia. Son ellos, los miembros, los primeros en leerlo.
Y, al contrario de lo que sucede con los periódicos seculares, que después de ser leídos son usados para envolver frutas en las ferias, limpiar vidrios o forrar el pido durante una reforma, además de otras infinitas utilidades dadas, con Folha Universal no es así. Después de leer su ejemplar, el miembro de la Iglesia tiene el cuidado de guardarlo para, en la primera oportunidad, dársela a una persona sufrida, conocida o no, con el objetivo de evangelizarla y ofrecerle la oportunidad de conocer el trabajo de la Universal y, por medio de él, conocer a Dios.
La Folha Universal es una de las principales y más importantes herramientas de evangelización utilizadas por la Iglesia, que desde su surgimiento tiene la visión y el entendimiento de la importancia de tener a los medios de comunicación como aliados en la propagación del Evangelio. Tanto es así que, ya en el inicio de la Iglesia, era costumbre del obispo Edir Macedo (líder y fundador de la Universal) alquilar espacios en las radios para hacer programas evangelísticos y divulgar los cultos que eran realizados. Y, ni bien fue posible, él adquirió Radio Copacabana, la primera de diversas otras que serían adquiridas con el pasar de los años.
El primer equipo
Creado en 1992, en Río de Janeiro, el periódico Folha Universal comenzó pequeño, pero con la dirección de la Iglesia ya mirando más adelante, consciente de los millones de almas que podrían y serían alcanzadas por medio de él.
El equipo se resumía en un editor, dos reporteros, dos diagramadores y un fotógrafo, según cuenta la periodista Ana Linhares (en la foto, la primera redacción del periódico), que formaba parte de este equipo. “Yo tenía 22 años y fue mi primer empleo en mi libreta de trabajo. Yo fui la segunda reportera. Después el equipo fue aumentando. Nosotros salíamos con la moto del fotógrafo para hacer las notas, porque no tenía un móvil para reportajes aún. Con el tiempo el periódico fue creciendo, se fue estructurando, las ediciones se fueron creando.”
Con un tiraje inicial de 100 mil ejemplares, la Folha Universal era impresa en formato tabloide, y solo en dos colores (foto que abre este artículo). Después, fue creciendo, hasta llegar a lo que es hoy (foto) y convertirse en el periódico de mayor tiraje de Brasil, con más de 1,8 millones de ejemplares por semana y con un equipo de más de 20 profesionales directamente involucrados.
Además de actualizar a los miembros de la Universal sobre los eventos y las acciones sociales realizadas por la Iglesia en todo el mundo, el periódico también trae el mensaje de fe del obispo Macedo, reflexiones, noticias sobre comportamiento, relaciones, testimonios e informaciones sobre acontecimientos en Brasil y en el mundo.
Por todas partes
Pero, como fue dicho al principio de este reportaje, el periódico fue creado con un propósito aún mayor, que es el de ganar almas para el Reino de Dios. Para eso, es distribuido, principalmente, donde hay una persona afligida, oprimida, enferma, desesperanzada. ¿Y dónde están esas personas? Por todas partes: en calles, callejones, comunidades, lechos de los hospitales, asilos, orfanatos, leprosorios, presidios, aldeas, vecindarios remotos e inclusive en mansiones cercadas por lujo y confort, pero que abrigan a personas angustiadas y oprimidas.
Por intermedio de la Folha Universal, miles de personas han llegado a la Universal y han conocido a Dios. Es el caso de Amanda Viana Bersan dos Santos, que, a los 14 años, era una adolescente triste, angustiada, cuando puso por primera vez los pies en una Universal, después de recibir un ejemplar del periódico y ser invitada para concurrir a una reunión. “Yo estudiaba al lado de la Iglesia, y todos los días pasaba por enfrente. Un día, el pastor que estaba evangelizando enfrente del templo, me dio un periódico y me invitó a participar de aquella reunión. Entré, participé en la reunión, después me fui a casa, leí el periódico y a partir de ese día nunca más dejé de ir a la Iglesia”, relata.
Las diversas Anas
Y no es solo en la vida de los lectores que la Folha Universal ha hecho la diferencia, sino también en la de los profesionales involucrados en la producción del periódico, que aprenden, crecen como personas, desarrollan la fe y tienen experiencias con Dios al oír y contar historias de superación y fe.
Fue lo que le sucedió a la periodista Ana Linhares, citada anteriormente. Es ella quien lo cuenta: “En esa época yo no formaba parte de la Universal, ni me gustaba. Cuando me llamaron para hacerme una entrevista, la persona que me entrevistó me preguntó si yo tenía algo en contra de la Iglesia y le dije que sí. Aun así, me llamaron y me pusieron a escuchar el mensaje del obispo Macedo. Solo que comencé a oírlo y todo lo que yo pensaba en términos del Evangelio era justamente lo que él decía, entonces, comencé a interesarme, participé en reuniones, leí los libros y fue así que comencé y me convertí en un miembro de la Iglesia, desde 1993 hasta hoy.”
Al revés que Ana Linhares, la periodista Ana Carolina Cury (foto), que está en el equipo desde 2013, cuenta que nunca tuvo prejuicios en relación al trabajo de la Universal, al contrario, inclusive le gustaba. Contratada al principio para trabajar en TV Universal, pasó a ser reportera también de Red Aleluya, la emisora radial, y recién después llegó a Folha Universal.
“Siempre fui muy curiosa, pero yo realmente me convertí después de que comencé a trabajar en la radio. En los intervalos, me sacaba muchas dudas con los obispos, especialmente con el obispo Jadson (Santos), que me orientaba mucho, y eso fue despertando una curiosidad respecto a la fe. Fue así que comencé. Cuando vine para acá (a Folha Universal) ya estaba frecuentando la Iglesia, pero no me había bautizado.”
Ana Carolina cuenta que fue escribiendo para los lectores de Folha Universal que pudo conocer más a fondo el trabajo de la Iglesia. “Pude ver cuán grandioso es ese trabajo, porque el periódico tiene el mayor tiraje del país, y llega a lugares a los que un automóvil no llega. Además de eso, con cada nota comencé a aprender más y más, no solo sobre comportamiento, pero, principalmente, sobre fe. Yo digo que trabajar aquí es diferente porque tiene un propósito mayor, que es ayudar personas, y salvar almas, y eso es grandioso. Es mi combustible. Veo de cerca la seriedad del trabajo de la Iglesia, el compromiso con las personas, el compromiso con las almas.”
En octubre de 2015, tomó la decisión de bautizarse en las aguas, y hoy habla sobre cómo su trabajo tuvo un papel importante para llevarla a conocer la verdadera fe. “Desde entonces hasta hoy, yo veo que maduró mucho respecto a la fe. En el periódico yo aprendo todos los días. Con cada artículo que escribo aprendo aún más. Más sobre la vida, más sobre comportamiento, más sobre la vida espiritual. Y poder trasmitirles eso a las personas es un regalo que no tiene precio.”
Para Carol – como es cariñosamente llamada por los compañeros de la redacción-; más allá de bendecirla con un empleo, Dios tenía un propósito mayor en su vida cuando Dios la trajo a trabajar en los medios de comunicación de la Universal. “Dios hace las cosas en el tiempo apropiado. El que haya venido a trabajar aquí no fue casualidad. Fue ese el camino que Dios usó para llevarme hasta Él. Y el periódico consagró eso, toda esa experiencia de poder trasmitir no solo palabras, informaciones, sino también espíritu en nuestras notas.”
Ellas son solo dos entre las innumerables Anas que conocieron y aún conocerán a Dios por intermedio de este trabajo. No solo por medio de la Folha Universal, sino por medio de todas las otras herramientas utilizadas en la Obra de Dios, cuyo único objetivo es cumplir la orden del Señor Jesús: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Marcos 16:15
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