Quien está adelante es quien tiene la autoridad, quien guía.
Lucifer estaba adelante de los ángeles como un querubín de la guarda ungido, los guiaba, hasta que su corazón se enalteció y quiso estar adelante del Propio Dios. El resultado fue retroceder, perder todo y convertirse en Satanás. (Ezequiel 28: 11-19)
Mientras Dios estaba adelante del hombre en el jardín del Edén, había paz, riqueza, salud y, sobre todo, comunión con El Creador. No había problemas, porque Dios le había dado al hombre Su autoridad para dominar sobre todo (Génesis 1:26).
Satanás necesitaba robar esa autoridad para estar adelante del hombre. Para eso, usó su arma más poderosa, la duda, sugiriendo que había un problema en el paraíso. (Génesis 3: 1-24)
Cuando el hombre dudó, desobedeció y LE ENTREGÓ su autoridad al diablo. Entonces, él tomó la delantera.
Probablemente la duda también fue la gran arma utilizada por el diablo para arrancar a la tercera parte de los ángeles del cielo, y ha sido utilizada hasta hoy para continuar robando la autoridad que Dios les confiere a todos los que creen en el Señor Jesús, como dicen las Escrituras.
“… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…” Hechos 1:8
El Propio Señor Jesús, lleno del Espíritu Santo, también fue tentado. Satanás quería anular la autoridad del Hijo de Dios. Entonces, se acercó con la duda: “Si eres el Hijo de Dios…“ y luego:
“A Ti Te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí ME HA SIDO ENTREGADA, y a quien quiero la doy. Si Tú postrado me adorares, todos serán Tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: VETE DE MÍ, Satanás…” Lucas 4:6-8
Jesús puso al diablo en el lugar donde debe estar: ATRÁS.
El Señor nos enseñó que cuando vencemos la voz de la duda, impedimos que el diablo robe nuestra autoridad y tome la delantera de nuestra vida.
Pero cuando el diablo está adelante, la persona vive en el pecado, en la duda, enferma, murmurando… Él guía la vida de la persona a todo lo que está mal. Ella queda llena de resentimiento, de malicia, de sentimientos, rebeldía, orgullo, arrogancia, de miedos, etc.
¡Toda duda viene del infierno!
Entonces, cuando venga la duda (diablo), sea a través de quien sea, ¡tenemos que hacer como Jesús y mandarla HACIA ATRÁS! No podemos entregar la Autoridad que hemos recibido de Dios.