“Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor…” Salmos 33:12
No hay nada que temer cuando se le da oídos a la Palabra (Voz) de Dios, por ella fueron hechas todas las cosas.
“Porque recta es la palabra del Señor, y toda Su obra es hecha con fidelidad. Él ama justicia y juicio; de la misericordia del Señor está llena la tierra. Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el Aliento de Su boca.” Salmos 33:4-6
Por falta de dar oídos a esa Palabra (Voz) de Dios, surgen entonces otras palabras (voces), y con ellas viene el miedo a la crisis, a perder el trabajo, el matrimonio, al ser querido, la salud debido a enfermedades contagiosas, etc.
Pero, en realidad, deberíamos temer solo al Señor.
“Tema al Señor toda la tierra; teman delante de Él todos los habitantes del mundo.” Salmos 33:8
Ante tantos problemas que generan miedo y desesperación, ni siquiera los más “poderosos y fuertes” están libres. Todo el dinero y el poder no pueden defenderlos, a menos que teman al Señor.
Solo Dios puede y quiere librar no solo al cuerpo de los problemas, sino sobre todo al alma de la muerte.
“He aquí el ojo del Señor sobre los que Le temen, sobre los que esperan en Su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre.” Salmos 33:18-19
Cuando les habló a los doce apóstoles, el Señor Jesús confirmó esa palabra (voz) poderosa de temer al Único que puede darle salvación al alma.
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a Aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Mateo 10:28
Amigo, si está pasando por una situación difícil ahora, el miedo a perder y a perderse se apoderó de usted, haga una oración sincera, coloque a Dios por encima de todo en su vida, entréguese a Dios de cuerpo, alma y espíritu.
¡Y será salvo!