En la vida nos encontraremos ante diferentes situaciones que nos producirán miedo. El corazón palpitará más de lo normal y la sensación de preocupación querrá instalarse en nuestra mente.
Desde el aspecto biológico, en su grado normal, el miedo es bueno. Cuando el ser humano tiene miedo, se activa un mecanismo de supervivencia y de defensa para que actúe con rapidez y eficacia en las dificultades.Sin embargo, cuando el miedo deja de ser solo un simple mecanismo momentáneo de defensa y se convierte en un estado emocional constante, se vuelve peligroso para nuestra vida. Incluso, muchas personas tomaron decisiones equivocadas por haberse dejado llevar por él.
Un pueblo con miedo
La Biblia menciona un hecho que nos invita a reflexionar, sobre todo, en estos momentos difíciles que el mundo está enfrentando:
El pueblo de Israel había sentido miedo ante la amenaza de un ejército enemigo, muy poderoso. El rey Josafat también se quedó atemorizado,pero Dios le estableció cuatro pasos para actuar en medio de la incertidumbre.
1-Ayuno y Oración:
“Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar al Señor, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.” 2 Crónicas 20:3.
Aunque era un rey, Josafat entendió muy bien el hecho de que había una autoridad mucho más grande que la de él. La actitud de ayunar y orar representa que Dios está al comando de todo y que nada puede prevalecer contra Él. Es tan poderosa que hay espíritus inmundos que salen únicamente cuando usamos esa herramienta.
2-Levante su ánimo:
“(…) El Señor dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esa multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.” 2 Crónicas 20:15.
Aunque el dinero se acabe, la empresa esté al borde de la quiebra o su matrimonio en ruinas, ¡Dios cambiará esa situación! No se angustie ni llore y deje que su guerra sea la de Dios.
3-Crea en el profeta:
“(…) Oídme Judá y moradores de Jerusalén. Creed en el Señor vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a Sus profetas, y seréis prosperados.” 2 Crónicas 20:20.
¡No dude! Crea en las palabras de fe que hemos dicho: ¡todo pasará y saldremos victoriosos!
4-Es en la crisis que se crece:
“Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que no las podían llevar; tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho.” 2 Crónicas 20:25.
El pueblo venció la guerra y, además, prosperó. Es una locura pensar que se puede prosperar en medio de una crisis como la que el mundo está enfrentando, pero para el que habita en el Abrigo de Dios, no hay miedo ni plaga que pueda derribarlo.