En la matemática de la vida no es posible sembrar manzanas y cosechar peras. De la misma manera, es imposible cosechar el éxito si no se siembra nada.
Cierta vez, Jesús le predicaba a una multitud de personas dentro de una casa, cuando, de repente, cuatro hombres abrieron el techo e hicieron bajar a un paralítico postrado en un lecho. Seguramente, alguien pensó que estaban locos, pero lo que pasó después fue aún más sorprendente, ¡Jesús hizo el milagro y el paralítico salió caminando con el lecho en las manos! (Marcos 2).
La fe es abstracta, pero puede verse a través de sus manifestaciones físicas. Ella solo puede convertir lo imposible en posible cuando la persona la pone en práctica.
“Al ver Jesús la fe de ellos…” (Marcos 2:5)
¿El Señor Jesús ha visto esta fe en usted? ¿Qué actitud ha tomado?