La exclusividad a la que nos referiremos no está relacionada a la que generalmente conocemos cuando vemos a las celebridades recibir algún trato especial o privilegio, sino a una en particular.
Decimos que algo es exclusivo cuando le pertenece únicamente a una determinada persona. Sabemos que todos poseen algo propio, independientemente de su condición económica, como por ejemplo, la ropa o el cepillo de dientes que usan.
Sin embargo, muchos no se imaginan que pueden convertirse en personas exclusivas y, a su vez, recibir privilegios por eso.
“Ahora, pues, si diereis oído a Mi voz, y guardareis Mi pacto, vosotros seréis Mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque Mía es toda la tierra. Y vosotros Me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.” Éxodo 19:5-6.
Todo el mundo le pertenece a Dios, pero solamente los que Le obedecen se vuelven especiales para Él. Es muy interesante saber esto. Cuando se vive para agradar a Dios, Él suple todas nuestras necesidades y nos protege de todo el mal.
¿Usted desea ser una persona exclusiva para Dios? Entonces, obedézcalo y disfrutará de los privilegios de Su Palabra.