¿Usted desea tener un verdadero encuentro con Dios y seguir una vida con Él? Durante la Escuela de la Fe Inteligente, el obispo Edir Macedo enseñó sobre lo que usted puede hacer para tener éxito en el área espiritual de su vida.
Dios en primer lugar
En primer lugar, es importante entender que todo depende de nuestra actitud. Necesitamos desear ese cambio y hacer lo que sea necesario para lograrlo. Sin embargo, es algo que requiere sacrificio, por eso, hay personas que no quieren pagar el precio. “Cuando creemos en la verdad, que es Jesucristo, no vivimos más en la mentira, en el pecado”, observó el obispo.
Él recordó que, cierta vez, el Señor Jesús explicó sobre lo que es amar a Dios:
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” Marcos 12:30
Obedecer la Biblia
Vivir con Dios significa obedecer Sus mandamientos, los cuales se encuentran en la Biblia (Juan 14:15). Es de esa manera que probamos nuestro amor por Él.
“Él no dijo: ‘Si Me amas, sentirás este amor, Me abrazarás’. No. El amor mencionado en este primer mandamiento se refiere a la consideración hacia Aquel que requiere nuestro amor. Amar es mucho más que sentir o dar cariño. Es reverenciar a la persona amada. Pero no amo solo cuando estoy cerca. Amo en todos los momentos. Nunca me olvido de ella. Un amor en el que estamos lejos, pero nuestro pensamiento está interconectado. Con respecto a Dios, este amor sucede cuando usted piensa en Su Palabra, la ejercita, la practica”, enseñó el obispo Macedo.
Sin embargo, el obispo aclaró que el amor por Dios tiene que estar por encima de todo en nuestra vida. Por encima de un familiar o de un bien material, por ejemplo. Nada puede ocupar Su lugar dentro de nosotros. Y que la Biblia nos da informaciones sobre quién es este Dios para que podamos conocerlo de la manera correcta.
“Cuando usted pone al Señor Jesús en primer lugar, todas las demás personas que involucran su vida están en segundo plano. Primero es Él. Si usted está casado, su cónyuge es el segundo. Fue Él quien nos creó y solo Él es digno de adoración, alabanza y majestad. Sin embargo, no siempre las personas Lo consideran así. Cuando Él instituyó los diezmos, fue para que siempre recordáramos que Él es el primero. Los diezmos son las primicias, los primeros frutos, Jesús fue la primicia de Dios para nosotros”, orientó el obispo.
Alianza con Dios
Es por esa fidelidad, explicó el obispo Macedo, que la persona pasa a estar protegida por el Altísimo: “Dios no es un mago, pero Él ofrece la Palabra y la persona pasa a tener derecho. Esa es la relación entre el siervo y el Señor (Juan 12:26)”.
Por lo tanto, la fidelidad a Dios exige un sacrificio personal en todos los sentidos de la vida.