Cuando hablamos de vanidad, inmediatamente pensamos en cosas tales como zapatos, maquillaje, ropa, gimnasio, etc. Sin embargo, el significado es aún más profundo:
VANIDAD
Calidad de lo que es vano, vacío, basado sobre una apariencia ilusoria;
Apreciación que se atribuye a la propia apariencia, o cualquier otra cualidad física o intelectual, fundamentada en el deseo de que tales cualidades sean reconocidas o admiradas por los demás.
Viendo la Reunión de Pastores del último jueves, no es difícil entender lo que oímos y que muestra, como un espejo, quiénes somos, qué estamos haciendo o nuestros errores.
El mayor desafío es vencer la vanidad, el deseo de continuar siendo reconocido y admirado por los demás. Es sacrificar la intelectualidad y la apariencia ilusoria de la posición para, si es necesario, comenzar todo desde cero.
¡Que el Señor Jesús tenga misericordia de nosotros!