Los sentimientos negativos, como el odio, el deseo de venganza o el resentimiento, son como un cáncer que carcome el interior de la persona que los tiene. Muchos piensan que el único que será afectado, de una forma u otra, será el que los perjudicó. Sin embargo, no tienen en cuenta que los verdaderos afectados son ellos mismos por guardar esos sentimientos en su interior.
El antídoto contra el odio
La cura contra este mal está al alcance de todos y es tan simple que, para algunos, llega a ser complejo. El antídoto se llama “perdón”.
El perdón produce muchos beneficios, tanto para el que lo concede como para el que lo recibe, porque se libera de la esclavitud de los malos sentimientos y del sufrimiento de los recuerdos desagradables de su pasado. Por lo tanto, a partir de los objetivos positivos establecidos y del cambio interior, la persona solo deberá mirar hacia adelante.
¡No espere más tiempo! ¡Perdone!