¿La tecnología en exceso, afecta la salud física y mental de los niños? Esa pregunta fue respondida por la psicóloga Neia Dutra, durante un live transmitido en el perfil oficial de la escritora y coordinadora del Proyecto Rahab, del bloque Guarulhos, Carlinda Tinôco.
Neia Dutra es la responsable nacional del proyecto de Escuela de Madres, uno de los brazos del movimiento Godllywood de la Universal.
Junto a Carlinda estaba Ana Claudia de Mattos, responsable de la Escuela de Madres del bloque Guarulhos, que relató algunos casos de madres que la buscaron por no saber cómo actuar con sus hijos, que permanecen, excesivamente, frente a la pantalla del celular.
El problema está en la falta de equilibrio
Este ha sido uno de los desafíos más grandes de los padres en la educación de sus hijos en esta era de la tecnología, en la que, por ejemplo, un niño de tan solo dos años ya sabe usar un smartphone.
Además, las investigaciones indican que esa exposición excesiva a la tecnología puede afectar no solo la visión del niño, sino también su capacidad de aprendizaje y su creatividad.
“No podemos tachar a la tecnología como la villana, porque es muy útil en nuestra vida. El problema es cuando nos excedemos en su uso y, principalmente, cuando es puesta a disposición de personas inmaduras”, destaca Neia.
Incluso, Neia señala que si los adultos, que son personas supuestamente maduras, muchas veces son desequilibrados con el uso de la tecnología, qué dirá un niño, que aún no tiene el discernimiento de lo que es malo o no para su integridad física y emocional.
Daños físicos, emocionales y psicológicos
Además de los daños físicos provocados por la exposición excesiva a la pantalla, aún existen los emocionales, como: la depresión, el trastorno de ansiedad y la baja autoestima. Sin
embargo, no son solo esos. “Otros problemas causados por su uso, sin supervisión, son: el cyberbullyng (violencia practicada contra alguien a través de Internet o de otras tecnologías relacionadas con el mundo virtual) y la pedofilia. Especialmente en este periodo de cuarentena, en el cual los niños están más conectados y, por lo tanto, más propensos a ser víctimas de pedófilos virtuales”, alerta la psicóloga.
Según Neia, es responsabilidad de los padres hacer que sus hijos reduzcan el tiempo que permanecen con el celular, ya que fueron ellos mismos los que se lo entregaron en las manos al niño.
“Le dio el dulce, ahora administre la dosis. Porque es muy difícil para los niños vivir sin la tecnología, pero es importante que los padres logren reducir su uso y supervisar lo que acceden sus niños, para poder reducir los riesgos que corren frente a la pantalla, en ese mundo de Internet”, aconseja.
Los padres deben participar en la vida de sus hijos
En la oportunidad, Ana Claudia relató el caso de una madre que no lograba sacarle el celular a su hija de nueve años, que permanecía durante toda la madrugada con el aparato. Es decir, la madre no lograba ejercer su autoridad sobre su hija, siendo ella la que debería dictar las reglas, y no lo contrario. Principalmente, la madre está para orientar y, sobre todo, para proteger a su hija.
“No se trata de ponerlo en penitencia o de quitarle el celular, sino de ponderar ese aparato, hacer un intercambio. Estipular los tiempos y los horarios, sin pelear, concientizando a su hijo de que eso no está bien, que le hará mal. La madre debe ser más participativa en la vida de su hijo, no solo darle ordenes y hacerle exigencias, sino participar en su vida para saber lo que le sucede”, aconseja Ana Claudia.