Muchas personas tienen fe para conquistar las bendiciones, pero, cuando enfrentan un momento difícil, se desaniman rápidamente. Entonces, ¿cuál es la razón de esa inestabilidad espiritual?
Cierta noche, el fuerte viento llevó la barca de los discípulos al medio del mar. Sin embargo, cuando vieron que Jesús caminaba sobre las aguas, se atemorizaron mucho. Pedro, uno de los discípulos que estaba en la barca, decidió hacer la prueba de ir hasta el Señor:
“Entonces Le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a Ti sobre las aguas. Y Él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mateo 14:28-31).
Aunque Pedro tuvo fe para empezar a caminar sobre el mar, su desconfianza no le permitió seguir. Por lo tanto, para que una persona permanezca en la fe, es necesario que, independientemente de las circunstancias, mantenga su confianza en Dios.