A nadie le gusta pasar por problemas y luchas, pero son necesarios.
Lo que hoy parece insoportable, duele, entristece… mañana contribuirá a su crecimiento.
No estamos haciendo un discurso de aceptación de los problemas, sin embargo, existen cosas que son necesarias para la construcción de un testimonio.
La iglesia, por ejemplo, para llegar hasta aquí pasó por muchas cosas.
El propio obispo Macedo pasó por tantas cosas, incluso pudimos verlas en la película Nada que Perder, pero las luchas fueron vencidas. Muchas personas hoy dan testimonio, pero ¿cuánto tiempo tardó en suceder eso? ¿Cuántos años de perseverancia para generar un testimonio?
Muchos piensan que sí:
“No puedo soportar todo lo que estoy pasando…”
“¿Por qué Dios no me ayuda a vencer este problema?”
Pero, en realidad, no entienden que están en un proceso de construcción.
En el texto a continuación, tenemos el ejemplo del Señor Jesús, que fue el que más sufrió, y lo soportó todo en obediencia a Dios.
“Y Cristo, en los días de Su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Le podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser Autor de eterna Salvación para todos los que Le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.” Hebreos 5:7-10
El Propio Señor Jesús, siendo Hijo de Dios, tuvo que sufrir, aprender a depender solo del Padre y Se tornó el Sumo Sacerdote de aquellos que Le obedecen.
Muchos, al pasar por las luchas, quieren desahogarse con amigos, vecinos y personas que en nada pueden ayudar.
Entonces, amigo(a), busque fuerzas en Dios, que también sufre por sus luchas, pues solo Él puede ayudarle. Y permanezca en la obediencia.
Nosotros somos una obra en progreso, un edificio en construcción.
Su testimonio se está construyendo.
¡Dios los bendiga a todos!