Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Deuteronomio 28
1 Y sucederá que si obedeces diligentemente al Señor tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el Señor tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra.
2 Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al Señor tu Dios:
3 Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo.
4 Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas.
5 Benditas serán tu canasta y tu artesa.
6 Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas.
7 El Señor hará que los enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti; saldrán contra ti por un camino y huirán delante de ti por siete caminos.
8 El Señor mandará que la bendición sea contigo en tus graneros y en todo aquello en que pongas tu mano, y te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da.
9 Te establecerá el Señor como pueblo santo para sí, como te juró, si guardas los mandamientos del Señor tu Dios y andas en sus caminos.
10 Entonces verán todos los pueblos de la tierra que sobre ti es invocado el nombre del Señor; y te temerán.
11 Y el Señor te hará abundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu suelo, en la tierra que el Señor juró a tus padres que te daría.
12 Abrirá el Señor para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; y tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado.
13 Y te pondrá el Señor a la cabeza y no a la cola, sólo estarás encima y nunca estarás debajo, si escuchas los mandamientos del Señor tu Dios que te ordeno hoy, para que los guardes cuidadosamente;
14 no te desvíes de ninguna de las palabras que te ordeno hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros dioses y servirles.
15 Pero sucederá que si no obedeces al Señor tu Dios, guardando todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán:
16 Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo.
17 Malditas serán tu canasta y tu artesa.
18 Maldito el fruto de tu vientre y el producto de tu suelo, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño.
19 Maldito serás cuando entres y maldito serás cuando salgas.
20 Enviará el Señor sobre ti maldición, confusión y censura en todo lo que emprendas, hasta que seas destruido y hasta que perezcas rápidamente, a causa de la maldad de tus hechos, porque me has abandonado.
21 El Señor hará que la peste se te pegue hasta que te haya consumido de sobre la tierra adonde vas a entrar para poseerla.
22 Te herirá el Señor de tisis, de fiebre, de inflamación y de gran ardor, con la espada, con tizón y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
23 Y el cielo que está encima de tu cabeza será de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.
24 Y el Señor hará que la lluvia de tu tierra sea polvo y ceniza; descenderá del cielo sobre ti hasta que seas destruido.
25 El Señor hará que seas derrotado delante de tus enemigos; saldrás contra ellos por un camino, pero huirás por siete caminos delante de ellos, y serás ejemplo de terror para todos los reinos de la tierra.
26 Y tus cadáveres serán alimento para todas las aves del cielo y para los animales de la tierra, y no habrá nadie que los espante.
27 Te herirá el Señor con los furúnculos de Egipto y con tumores, sarna y comezón, de los que no podrás ser sanado.
28 Te herirá el Señor con locura, con ceguera y con turbación de corazón;
29 y andarás a tientas a mediodía como el ciego anda a tientas en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; más bien serás oprimido y robado continuamente, sin que nadie te salve.
30 Te desposarás con una mujer, pero otro hombre se acostará con ella; edificarás una casa, pero no habitarás en ella; plantarás una viña, pero no aprovecharás su fruto.
31 Tu buey será degollado delante de tus ojos, pero no comerás de él; tu asno será arrebatado, y no te será devuelto; tu oveja será dada a tus enemigos, y no tendrás quien te salve.
32 Tus hijos y tus hijas serán dados a otro pueblo, mientras tus ojos miran y desfallecen por ellos continuamente, pero no habrá nada que puedas hacer.
33 Un pueblo que no conoces comerá el producto de tu suelo y de todo tu trabajo, y no serás más que un pueblo oprimido y quebrantado todos los días.
34 Y te volverás loco por lo que verán tus ojos.
35 Te herirá el Señor en las rodillas y en las piernas con pústulas malignas de las que no podrás ser sanado, desde la planta de tu pie hasta la coronilla.
36 El Señor te llevará a ti y a tu rey, al que hayas puesto sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres habéis conocido, y allí servirás a otros dioses de madera y de piedra.
37 Y vendrás a ser motivo de horror, proverbio y burla entre todos los pueblos donde el Señor te lleve.
38 Sacarás mucha semilla al campo, pero recogerás poco, porque la langosta la devorará.
39 Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás del vino ni recogerás las uvas, porque el gusano se las comerá.
40 Tendrás olivos por todo tu territorio pero no te ungirás con el aceite, porque tus aceitunas se caerán.
41 Tendrás hijos e hijas, pero no serán tuyos, porque irán al cautiverio.
42 Todos tus árboles y el fruto de tu suelo los consumirá la langosta.
43 El forastero que esté en medio de ti se elevará sobre ti cada vez más alto, pero tú descenderás cada vez más bajo.
44 El te prestará, pero tú no le prestarás a él; él será la cabeza y tú serás la cola.
45 Y todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te perseguirán y te alcanzarán hasta que seas destruido, porque tú no escuchaste la voz del Señor tu Dios, no guardando los mandamientos y estatutos que El te mandó.
46 Y serán señal y maravilla sobre ti y sobre tu descendencia para siempre.
47 Por cuanto no serviste al Señor tu Dios con alegría y con gozo de corazón, cuando tenías la abundancia de todas las cosas,
48 por tanto servirás a tus enemigos, los cuales el Señor enviará contra ti: en hambre, en sed, en desnudez y en escasez de todas las cosas; El pondrá yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya destruido.
49 El Señor levantará contra ti una nación de lejos, desde el extremo de la tierra, que descenderá rauda como águila, una nación cuya lengua no entenderás,
50 una nación de rostro fiero que no tendrá respeto al anciano ni tendrá compasión del niño.
51 Se comerá la cría de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta que seas destruido; tampoco te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni el aumento de tu ganado, ni las crías de tu rebaño, hasta que te haya hecho perecer.
52 Y esa nación te pondrá sitio en todas tus ciudades, hasta que tus muros altos y fortificados en los cuales tú confiabas caigan por toda tu tierra; y te sitiará en todas tus ciudades, por toda la tierra que el Señor tu Dios te ha dado.
53 Entonces comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que el Señor tu Dios te ha dado, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá.
54 El hombre que es tierno y muy delicado en medio de ti, será hostil hacia su hermano, hacia la mujer que ama y hacia el resto de sus hijos que le queden,
55 y no dará a ninguno de ellos nada de la carne de sus hijos que se comerá, ya que no le quedará nada en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.
56 La mujer tierna y delicada en medio tuyo, que no osaría poner la planta de su pie en tierra por ser delicada y tierna, será hostil hacia el esposo que ama, también hacia su hijo, hacia su hija,
57 hacia la placenta que salga de su seno y hacia los hijos que dé a luz; porque se los comerá en secreto por falta de otra cosa, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
58 Si no cuidas de poner en práctica todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible, el Señor tu Dios,
59 entonces el Señor hará horribles tus plagas y las plagas de tus descendientes, plagas severas y duraderas, y enfermedades perniciosas y crónicas.
60 Y traerá de nuevo sobre ti todas las enfermedades de Egipto de las cuales tenías temor, y no te dejarán.
61 También toda enfermedad y toda plaga que no están escritas en el libro de esta ley, el Señor traerá sobre ti hasta que seas destruido.
62 Y quedaréis pocos en número, aunque erais multitud como las estrellas del cielo; porque no obedeciste al Señor tu Dios.
63 Y sucederá que tal como el Señor se deleitaba en vosotros para prosperaros y multiplicaros, así el Señor se deleitará en vosotros para haceros perecer y destruiros; y seréis arrancados de la tierra en la cual entráis para poseerla.
64 Además, el Señor te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres habéis conocido.
65 Y entre esas naciones no hallarás descanso, y no habrá reposo para la planta de tu pie, sino que allí el Señor te dará un corazón temeroso, desfallecimiento de ojos y desesperación de alma.
66 Y tendrás la vida pendiente de un hilo; y estarás aterrado de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.
67 Por la mañana dirás: “¡Oh, si fuera la tarde!” Y por la tarde dirás: “¡Oh, si fuera la mañana!” por causa del espanto de tu corazón con que temerás y por lo que verán tus ojos.
68 Y te hará volver el Señor a Egipto en naves, por el camino del cual yo te había dicho: “Nunca más volverás a verlo.” Y allí os ofreceréis en venta como esclavos y esclavas a vuestros enemigos, pero no habrá comprador.
Salmos 119:25-48
Dálet.
25 Postrada está mi alma en el polvo; vivifícame conforme a tu palabra.
26 De mis caminos te conté, y tú me has respondido; enséñame tus estatutos.
27 Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas.
28 De tristeza llora mi alma; fortaléceme conforme a tu palabra.
29 Quita de mí el camino de la mentira, y en tu bondad concédeme tu ley.
30 He escogido el camino de la verdad; he puesto tus ordenanzas delante de mí.
31 Me apego a tus testimonios; Señor, no me avergüences.
32 Por el camino de tus mandamientos correré, porque tú ensancharás mi corazón.
He.
33 Enséñame, oh Señor, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.
34 Dame entendimiento para que guarde tu ley y la cumpla de todo corazón.
35 Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito.
36 Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la ganancia deshonesta.
37 Aparta mis ojos de mirar la vanidad, y vivifícame en tus caminos.
38 Confirma a tu siervo tu palabra, que inspira reverencia por ti.
39 Quita de mí el oprobio que me causa temor, porque tus juicios son buenos.
40 He aquí, anhelo tus preceptos; vivifícame por tu justicia.
Vav.
41 Venga también a mí tu misericordia, oh Señor, tu salvación, conforme a tu palabra.
42 Y tendré respuesta para el que me afrenta, pues confío en tu palabra.
43 No quites jamás de mi boca la palabra de verdad, porque yo espero en tus ordenanzas.
44 Y guardaré continuamente tu ley, para siempre y eternamente.
45 Y andaré en libertad, porque busco tus preceptos.
46 Hablaré también de tus testimonios delante de reyes, y no me avergonzaré.
47 Y me deleitaré en tus mandamientos, los cuales amo.
48 Levantaré mis manos a tus mandamientos, los cuales amo, y meditaré en tus estatutos.
Isaías 55
1 Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno.
2 ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia? Escuchadme atentamente, y comed lo que es bueno, y se deleitará vuestra alma en la abundancia.
3 Inclinad vuestro oído y venid a mí, escuchad y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros un pacto eterno, conforme a las fieles misericordias mostradas a David.
4 He aquí, lo he puesto por testigo a los pueblos, por guía y jefe de las naciones.
5 He aquí, llamarás a una nación que no conocías, y una nación que no te conocía, correrá a ti a causa del Señor tu Dios, el Santo de Israel; porque El te ha glorificado.
6 Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca.
7 Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.
8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor.
9 Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
10 Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola producir y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come,
11 así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié.
12 Porque con alegría saldréis, y con paz seréis conducidos; los montes y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo delante de vosotros, y todos los árboles del campo batirán palmas.
13 En lugar del espino crecerá el ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá el mirto; y esto será para gloria del Señor, para señal eterna que nunca será borrada.
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