Lamentablemente, la humanidad ha sufrido por estar distante del Señor Jesús. Él no puede socorrer a la persona que constantemente Lo desprecia y Lo desobedece, pero responderá a todas las necesidades, en el momento propicio, de los que decidan casarse con Él para serle fiel durante toda su vida.
Por ese motivo, el domingo pasado se realizó la ceremonia de la Fiesta de las Bodas del Cordero. Debido al aislamiento, se transmitió simultáneamente por streaming, por los canales de aire, por radio y también por YouTube. Sin embargo, en algunas iglesias del país se llevó a cabo de manera presencial, con las precauciones correspondientes y las limitaciones demandadas por las autoridades gubernamentales. Fue un momento muy especial en el que miles de personas tuvieron la oportunidad de hacer una alianza con Dios.
Muchos piensan que para mantener la alianza con Dios es necesario ser perfecto, no obstante, esta idea es falsa. En realidad, nadie es perfecto y mucho menos merece algo de Él. Pese a ello, al manifestar la fe a través de una oración sincera, el ser humano obtiene el perdón y se vuelve justo delante del Señor.
Al hacer este pacto, sucede algo similar al casamiento entre el hombre y la mujer, la relación con el Altísimo se basa en un compromiso mutuo: el ser humano buscará agradarlo todo el tiempo y, por su parte, Dios también lo hará.