Las palabras expresadas son el resultado de una elaboración mental previa. Si el vocabulario de una persona tiene una connotación negativa es porque antes de hablar alimentó su cerebro con pensamientos pesimistas.
Para la doctora Stella Méndez Iglesias, especialista en salud emocional, la manera de pensar del ser humano determina su forma de percibir las situaciones y las experiencias que se le presenta durante la vida. Eso quiere decir, que, por ejemplo, los problemas pueden representar algo estresante para algunas personas, sin embargo, para otras, pueden convertirse en estímulos que los impulsen a superarse.
A nivel emocional y físico, según la experta, cada pensamiento hace que el cerebro libere neurotransmisores y neurohormonas. Por lo tanto, el resto del organismo responderá de acuerdo con la función del tipo de sustancia liberada. De modo que, si una persona piensa constantemente de forma pesimista, su sistema psicofísico y emocional también responderá de esa misma manera. Como consecuencia, sentirá miedo, ira, bronca, entre otras cosas.
Por esa razón, es de suma importancia que vigile permanentemente sus pensamientos porque de ellos dependerá su vida y, una vez expresados en palabras, tendrán el poder de destruir o de edificar.
¡Alimente su mente!
Nutra su mente con la Palabra de Dios y aleje de su vocabulario las palabras negativas. Así, verá cómo toda su vida se transformará a partir de una nueva manera de pensar.