Una persona puede ser una excelente influencia para los demás, pero también puede ser influenciada fácilmente. Muchas, por ejemplo, quieren ser exitosas, prosperar y realizarse en la vida, sin embargo, por rodearse de personas conformes y pesimistas, terminan adaptándose a esos malos hábitos y, por ende, seguirán sin realizar sus propios sueños.
La Palabra de Dios menciona que el rey David tenía un grupo de hombres valientes que lo acompañaban a las batallas y derrotaban a los enemigos con mucho ímpetu. Cierta vez, uno de ellos, el soldado Sama, venció solo a todo un ejército enemigo.
“Después de éste fue Sama hijo de Age, ararita. Los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos. El entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y el Señor dio una gran victoria.” 2 Samuel 23:11-12
A continuación, revelaremos las tres lecciones más importantes de este hombre valiente:
1) No actúe como lo hace la multitud
Mientras todos huían por miedo a los filisteos, Sama, en cambio, hizo lo que era correcto: luchó y protegió aquellas tierras de los invasores. A él no le importó luchar solo, porque sabía que Dios estaba con él y que obtendría la victoria.
Hoy en día, a causa de la crisis económica que afecta a todo el mundo, muchas personas están inseguras, sin saber qué hacer y, por esa razón, desisten de luchar por sus proyectos personales. Al dar oídos a las malas noticias y a las personas pesimistas, entierran sus metas y dejan de luchar por sus sueños.
Es decir que, para poder llegar a la meta establecida, debe hacer oídos sordos a las palabras negativas. De esta manera, actuará por la fe sin dejarse influenciar por la voz del miedo.
2) Asuma su fe
Dios le dio la victoria a Sama, pero, antes, él tuvo que posicionarse en el terreno para enfrentar a los adversarios. El que quiere vencer en la vida también debe prepararse para las guerras de cada día y dar el primer paso.
3) Defienda su terreno
Por más difícil que sea la situación en la que usted viva, no desista de sus metas. Si su intención es glorificar a Dios, no se preocupe con lo que piensan de usted, defienda su sueño y luche hasta alcanzarlo.
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