La vida de Mariana era una suma de muchos problemas, tenía conflictos familiares y enfermedades. Sin embargo, todo el sufrimiento se desencadenó a causa de los trastornos espirituales que padecía: pesadillas, miedo, insomnio, dolores de cabeza constantes, depresión, visión de sombras y audición de ruidos.
El tormento que tenía era tan grande que intentó quitarse la vida en las vías del tren. En este estado Mariana conoció la Universal y, a través de su fe en el Señor Jesús, fue libre de todos los males.
Durante las prédicas, entendió la importancia de recibir al Espíritu Santo. Por eso, cuando surgió la oportunidad de participar del Ayuno de Daniel, se enfocó en conocer a Dios y tener Su presencia en su vida. “Hubo un cambio en mi interior, en mi manera de pensar, en mi manera de actuar, en mi comportamiento”, cuenta feliz.
A continuación, vea su testimonio.
Participe de las reuniones de la Universal y sepa cómo hacer el Ayuno de Daniel.