Marta llegó a sufrir muchos tormentos espirituales, no podía conciliar el sueño y sentía constantemente la presencia de alguien junto a ella. “No podía estar sola, necesitaba que continuamente alguien me acompañara porque tenía miedo”, asegura.
Su familia estaba destruida, había desavenencias, su hermano tenía vicios y su madre padecía de depresión. Para intentar escapar de los problemas, Marta comenzó a ir a fiestas con amigos y a tomar alcohol. Sin embargo, cuando la “diversión” terminaba, la tristeza volvía con más intensidad.
Su madre conoció la Universal y, a través del cambio que tuvo, Marta decidió acompañarla. Un tiempo después, entendió la importancia del Ayuno de Daniel y decidió realizarlo con el fin de recibir al Espíritu Santo. Por medio de la fe, Laura tuvo un encuentro con Dios y todo en su vida cambió completamente. “Recuerdo que fue un día incomparable”, comenta felizmente.
A continuación, vea su testimonio.
Participe de las reuniones de la Universal y sepa cómo hacer el Ayuno de Daniel.