Cuando predicamos la Palabra de Dios, nunca fue y nunca será para criticar u ofender a nadie sino para ayudar, y usted sabe que la Palabra de Dios es fuerte. La Verdad duele, pero cura. Es mejor la verdad que estar dando vueltas, y la Palabra de Dios nos pega fuerte, pero no vuelve vacía.
La Palabra que sale de la boca de Dios nunca vuelve vacía, transforma, consuela, cura, libera… Ahora, usted tiene que oírla y ponerla en práctica, obedecerla.
En el Salmo 1, del versículo 1 al 3, encontramos lo que no debemos y lo que debemos hacer. Veamos detenidamente, porque cuando leemos la Biblia no debe ser rápido, sino lentamente, y meditando una y otra vez.
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos…”
Deténgase a pensar, bienaventurado, feliz, dichoso, es quien no sigue el consejo de los malos. ¿Cómo vamos a seguir el consejo de los malos? Personas sin moral, de mala conducta. Antes de escuchar un consejo usted debe mirar a la persona que está dándolo. Y hay un lugar donde hay consejos de malos y el mal se esparce, que es la Internet, y las redes sociales. No estoy en contra si se usa para ayudar, para cosas buenas, pero, en Internet usted encuentra cosas buenas y cosas malas.
Tenga cuidado con los consejos que escucha. Los consejos buenos están en la Palabra de Dios, yo solo quiero consejos que me levanten, que me fortalezcan. La Iglesia Universal tiene sus redes sociales, pero es solo para difundir la Palabra de Dios y la fe.
“… ni estuvo en camino de pecadores…”
Yo quiero ganar al pecador para Jesús, pero no debo estar en su camino, debo hacer que él abandone esos caminos, como yo los abandoné.
“… ni en silla de escarnecedores se ha sentado…”
Saludar a alguien es una cosa, pero sentarse con él es otra. ¿Y quiénes son los escarnecedores? Los que se burlan de Dios, de las cosas de Dios. ¿Cómo voy a sentarme con ellos? No. Quien anda en consejo de malos, en camino de pecadores, y se sienta con los escarnecedores, ¡nunca va a ser feliz!
Y si hay un lugar para los escarnecedores, ese lugar es internet, ahí se burla. ¿Debemos odiarlos? No. Debemos orar por ellos, pero sin involucrarnos. Si me involucro con los escarnecedores mañana seré como ellos.
El versículo 2 nos dice lo que sí debemos hacer:
“… sino que en la ley del Señor está su delicia, y en Su ley medita de día y de noche…”
No podemos estar leyendo la Palabra las 24 horas del día, pero sí podemos leer y durante el día meditar en lo que leímos, en vez de estar navegando en la internet pensar en la Palabra de Dios.
Y el versículo 3 nos dice cómo será el hombre que haga eso:
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas…”
Imagínese un árbol plantado a la orilla de un rio, que nunca necesita que lo rieguen.
“… que da su fruto en su tiempo…”
Eso es muy importante, “en su tiempo”. No es cosechar inmediatamente, es ir buscando, entregándose, perfeccionándose, y, “en su tiempo”, cosechar. Hay tiempo de sembrar y tiempo de cosechar.
“… y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
Aquí está el secreto en el que debemos meditar, lo que no debemos hacer y lo que sí debemos. Cuando usted medita en Su Palabra, Dios le bendice. No estamos en contra de las redes, sino de la manera como son usadas y que pueden que son usadas para debilitar a las personas.
Cuidado, porque algunos grupos de WhatsApp o Telegram, etc… son sillas de escarnecedores. Hay quien traiciona a su pareja por internet. Las redes dan velocidad para caer.
No elogie a los pastores, comente sobre la Palabra. Publique lo que sea para honra y gloria del Señor Jesús. Recuerde que cuando usted elogia a alguien que no sea Dios, está colaborando para que esa persona se vuelva orgullosa.
Piense en eso, porque el Espíritu Santo nos cuida para que no tropecemos y perdamos la Salvación.
Dios le bendiga.