“Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”, (Romanos 8:27)
Cuando Dios mira al ser humano, no mira la belleza, el color, el nivel de instrucción o las condiciones, sino que mira su alma. Él sondea los corazones, evalúa las intenciones, y, conforme a Su voluntad, atiende los deseos de su corazón.
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