¿Usted sabía que el bautismo en las aguas es tan importante como el bautismo con el Espíritu Santo? Vamos a hablar sobre el bautismo en las aguas para que usted tenga una idea muy clara, está escrito así en Romanos 6:3-4:
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte?”
Es una pregunta que el apóstol Pablo hace. El bautismo en las aguas tiene la finalidad de sepultar nuestra carne, cuando la persona quiere seguir a Jesús y Lo acepta como su Único Señor y Salvador, el primer paso que debe dar es el bautismo en las aguas.
“Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida”.
Cuando usted va a bautizarse en las aguas, el pastor primero le pregunta si acepta al Señor Jesús como su Señor y si promete serle fiel y seguirlo y obedecerlo. Solo entonces el pastor lo bautiza en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y usted sube de las aguas siendo una nueva criatura.
El bautismo en las aguas es el sepultamiento de los pecados, cuando usted se convierte está muerto, ¿y qué se hace con una persona muerta? Se la sepulta.
Algunas personas piensan que es solo entrar al agua y salir del agua, y en ese caso entra un pecador seco y sale un pecador mojado, pero, cuando el bautismo en las aguas ocurre de verdad, lo que sale de las aguas es una nueva criatura.
El bautismo en las aguas es una decisión personal, no puede ser inducido, debe nacer dentro de la persona. Es cuando la persona dice: “Ya no doy más, no quiero ser más la misma persona, estoy dispuesta a cambiar, ¡quiero sepultar el cuerpo del pecado!”
El bautismo en las aguas solo funciona cuando la persona está decidida a no ser más la vieja criatura que fue hasta el momento de bautizarse. La Salvación es un proyecto de Dios alcanzado por la fe. Cuando la persona cree y muere, está salva, como el ladrón en la cruz. Pero si no muere, su fe necesita sobrevivir. Pero ¿por qué muchos no sobreviven, se desaniman y caen?
Dios instituyó el bautismo en las aguas para la supervivencia del cristiano en este mundo. Pero muchos se “bautizan” y regresan al pecado; y se bautizan otra vez … y otra vez.
Son adictos al pecado. Cuando la persona continúa cayendo en el pecado es porque no ha sido sepultada.
Muchos están viviendo una vida infernal, camino al infierno, porque no murieron para el pecado. Si yo me convierto, pero no muero para el pecado, voy a caer nuevamente en él.
Entregar la vida en el Altar es muerte; el bautismo es el sepultamiento. Después de muerto, el cuerpo necesita ser sepultado. Por eso el bautismo en las aguas es tan importante como el bautismo en el Espíritu Santo.
El bautismo en las aguas es la primera decisión que la persona toma para seguir a Jesús, es importantísimo, porque cumple la función de sepultar a la vieja criatura y usted pasa a vivir en novedad de vida. Si usted era una persona agresiva deja de serlo, si decía malas palabras deja de decirlas, si fumaba deja de hacerlo, si mentía ahora dice la verdad.
El bautismo en las aguas debe ser una decisión personal.
“El que crea y sea bautizado será salvo…” (Marcos 16:16).
Piense en eso.
Dios le bendiga.