¡Estimado Obispo Edir Macedo!
Me burlé tanto de su nombre, de sus iglesias, ya dudé tanto de su fe…
Hasta el día en el que entré a la Catedral de la Fe, un lugar altamente lleno de unción. Visité el Templo de Salomón, y leí el primer libro de mi vida: El Ministerio del Espíritu Santo, ¡libro que cambió mi vida!
Soy suboficial de la Policía de Río de Janeiro, nacido y criado en Complexo do Alemão. Hoy compré un terreno, donde haré un oratorio para ganar almas, un lugar para que las personas se conecten con el Padre.
¡Tuve un pasado muy problemático, pero hoy creo que Dios tiene un propósito para mí!
Bueno, en fin, solo quiero agradecerle a Dios y a usted por el cambio en mi vida.
Un fuerte abrazo,
Carlos Eduardo.