Por no darle oídos a la Voz de Dios las personas sufren. Y Dios siempre ha hablado, ¿o no ha hablado? La Iglesia Universal trabaja para que las personas escuchen la Voz de Dios en todos lados, por la radio, por la televisión, en el diario, en las calles, pero, desafortunadamente, a muchos les entra por un oído y les sale por el otro.
“Lo que sí les ordené fue lo siguiente: ‘Obedézcanme. Así Yo seré su Dios, y ustedes serán Mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que Yo les ordene, a fin de que les vaya bien’. Pero ellos no Me obedecieron ni Me prestaron atención, sino que siguieron los consejos de su terco y malvado corazón. Fue así como, en vez de avanzar, retrocedieron”. Jeremías 7:23-24
Las personas quieren hacer su propia voluntad, como aquellos que dicen “Yo creo en Dios a mi manera”. ¿Usted cree en la Biblia? “… en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a Mí y beba. De aquel que cree en Mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:37-38).
¿Es correcto decir que usted cree en Dios a su manera? El Señor Jesús dijo que de aquel que crea en Él COMO DICE LA ESCRITURA brotarán ríos de agua viva. Como dice la Escritura, la Santa Palabra, ¡como está escrito!
Él ordenó “Obedézcanme”.
Esta Palabra es para todos, para usted para mí, porque no es el título lo que nos salva, sino la obediencia al Altísimo.
Si nosotros Le obedecemos todo nos sale bien, como sucedía con Abraham, pero él hacía cada cosa que escuchaba que la Voz de Dios le ordenaba. Dios le decía: “Vete de tu casa”, y él decía: “Sí Señor”, y se iba. Dios le decía: “Dame a tu hijo”, y él decía: “Sí Señor”, y se lo daba.
Muchos escuchan la Voz de Dios y no le prestan atención y, por eso, les va mal. Están en la iglesia, y su vida no está bien porque siguen “los consejos de su terco y malvado corazón”.
La voz de Dios es la que debemos oír, pero muchos no lo han hecho y, por eso, “en vez de avanzar, retrocedieron”. ¡Lo único que nos hace avanzar es la obediencia a la Voz de Dios!
Dios le dijo a Josué: “Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré (…) Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés Mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas” (Josué 1: 5,7).
Entonces, es andar en la línea, obedeciendo a la Voz de Dios sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda, y nos irá bien dondequiera que vayamos.
Cada vez que usted participa en un Santo Culto es una oportunidad más que tiene de escuchar y obedecer a Su Voz.
Uno decide a qué voz escuchar, si a la del terco y malvado corazón o a la del Altísimo. Aproveche la oportunidad que Dios le da, no sea terco, no le cierre sus oídos a la Voz de Dios. Quizás Dios ya le dijo: “Bautícese, deje la mentira, la prostitución, la pornografía, la infidelidad, las palabras vanas…”, y usted se ha endurecido.
Cuide su alma, que es lo más valioso que usted tiene. “Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma?” (Mateo 16:26).
Piense en eso.
Dios le bendiga.