La acción de imponer las manos sobre alguien es bíblica. La prueba de su importancia es que Dios creó al mundo solo a través de la Palabra, pero cuando llegó a Su más excelente creación, Él puso Sus manos sobre ella. Es decir, el Altísimo hizo la imposición de manos sobre el ser humano.
Del mismo modo sucedió en el ministerio del Señor Jesús, Quien hizo numerosos milagros a través de Sus manos (Marcos 1:41; 6:5; 8:23; Lucas 4:40; 13:13).
El Hijo de Dios también bendijo a los niños en una especie de consagración, imponiendo Sus manos sobre ellos (Marcos 10:16).
El hecho es tan excepcional que Él les dejó una orden expresa a Sus siervos: “(…) sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. Marcos 16:18
Vemos también en las Escrituras que, cuando la mano del Señor venía sobre alguien, algo extraordinario sucedía (1 Reyes 18:46; 3:22; 37:1; 40:1), pues es una transferencia de bendición.
Y, no faltan ejemplos para demostrar que el Reino de Dios llega cuando las manos ungidas son puestas sobre la cabeza de alguien.
Veamos algunos casos:
1. Jacob determinó bendiciones sobre Efraín y Manasés al imponer sus manos sobre la cabeza de ellos (Génesis 48:14–19).
2. Frente a una multitud, levantar las manos puede tener el mismo peso que imponer las manos:
“Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec”. Éxodo 17:11
“Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y lo bendijo…”. Levítico 9:22
3. La conquista de la Tierra Prometida y el establecimiento de Israel como nación también pasó por la imposición de manos que Josué recibió de Moisés. En la oración, Moisés Le pidió al Señor que levantara a un hombre para liderar a Israel. Dios le respondió, ordenando que su autoridad fuera transferida al sucesor, a través de sus manos: “(…) Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él (…)” Números 27:15-20.
4. En Samaria, Pedro y Juan (Hechos 8:17), y en Éfeso, Pablo (Hechos 19:6), impusieron sus manos para que las personas fueran bautizadas con el Espíritu Santo.
5. Son levantados ministerios en la Iglesia Primitiva y se satisface la demanda en la Obra de Dios. “… a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos”. Hechos 6:6
6. Bernabé y Pablo están separados y capacitados para difundir el Evangelio por todo el mundo. “Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron”. Hechos 13:3
7. También fue a través de la imposición de manos que a Timoteo se le despertó el don de servir a Dios (1 Timoteo 4:14).
Consecuentemente, la imposición de manos une al Dador con la criatura, al Bendecidor con el necesitado, tal como lo hizo un día el Todopoderoso al imponer sus manos sobre Adán y Eva. La autoridad y el poder se delegan en este acto que, parece sencillo, pero es extremadamente espiritual. Imitado, incluso, por Satanás en muchos rituales de hechicería.
Sin embargo, al mismo tiempo que la imposición de manos es ordenada por Dios, también se recomienda cautela para que no sea hecha de forma insensata y para no causarle daños a la Obra de Dios.
“No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro”. 1 Timoteo 5:22
Porque corresponde a quien tiene autoridad cuidar para que ninguna persona sin preparación reciba responsabilidades fuera de tiempo y se vuelva orgullosa.
“… no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo”. 1 Timoteo 3:6