¿Quién es el Espíritu Santo? El Espíritu Santo es Dios, así como el Padre y el Hijo. Los Tres son Uno, es la Santa Trinidad compuesta por Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Señor Jesús es Dios.
El Padre es Dios.
El Espíritu Santo es Dios.
La matemática de Dios es diferente a la de los hombres.
En la matemática de los hombres 1+1+1 es 3.
En la matemática de Dios 1+1+1 es UNO.
En la matemática de los hombres 100 % es más que 90 %.
En la matemática de Dios, con el 90 % que queda después de devolver el diezmo, las Primicias, se logra mucho más que con el 100 %.
En la matemática normal, el 0 a la izquierda no tiene ningún valor, pero Dios agarra el 0 que no vale nada y hace existir muchas cosas. “… de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hebreos 11:3).
La matemática de Dios es diferente, cuando usted se entrega y permite que Él tenga el control de su vida, usted puede no tener nada, pero Dios lo multiplica.
Siempre le decimos que no se apegue a ningún pastor, aférrese solo al Señor Jesús, porque Él, ¡solo Él cambia su vida!
La persona no puede arrepentirse cuando ella quiere. No. El Señor Jesús es Quien da el don del arrepentimiento, Él es Quien perdona los pecados, Él es Quien bautiza con el Espíritu Santo y Él es Quien salva. ¡La iglesia tiene que estar en Él!
Todos podemos conjugar el verbo pecar, yo peco, tú pecas, él peca, nosotros pecamos, vosotros pecáis, ellos pecan, ¡todos pecan! El Único que no tiene pecado es Él.
Juan Bautista dijo de Él: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
¿Cómo puede entonces una persona aferrarse a un pastor, a un cura, o a lo que sea, y dejar de aferrarse a Aquel que perdona los pecados?
Usted tiene que estar apegado solo al Señor Jesús porque es Él Quien estará con usted para ayudarlo en los momentos difíciles. Él debe estar por encima de todo y de todos, debe ser su Primer Amor, el Señor de su vida.
Cuando usted hace de Él su Señor, es como aquella mujer que derramó el perfume sobre Sus pies. Cuando usted se entrega en el Altar, el Espíritu del Altar entra en su vida y lo hace una nueva criatura, un altar ambulante.
Juan Bautista dijo también de Él: “Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero Aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a Quien no soy digno de quitarle las sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego” (Mateo 3:11).
El bautismo en las aguas es realizado para remisión de los pecados, es para sepultar la vieja criatura. El bautismo en las aguas es tan importante como el bautismo con el Espíritu Santo.
Es el primer paso para quien quiere seguir al Señor Jesús.
Si usted aún no se ha bautizado, debe bautizarse.
Piense en eso.
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