Muchas personas están inmersas en sus problemas y, por eso, no ven cómo recomenzar sus vidas. Un empresario que ha quebrado no ve cómo volver a tener su empresa; un paciente desahuciado por los médicos no ve su cura; una persona que se divorció no ve la felicidad en el matrimonio; un presidiario no ve cómo reiniciar su vida en sociedad; entre tantos otros ejemplos.
En realidad, recomenzar es difícil. Pero Dios es especialista en recomienzos y está dispuesto a darnos una oportunidad. Solo que, para eso, es necesario dejar de mirar hacia atrás, como está escrito en la promesa de Dios: “No recuerden las cosas anteriores ni consideren las cosas del pasado. Yo hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo perciben? Aun en los desiertos haré camino y ríos en los lugares desolados” (Isaías 43:18-19).
Esa decisión debe estar basada en la ruptura de los viejos hábitos y, consecuentemente, en el arrepentimiento, como lo destacó el Obispo Renato Cardoso en el programa “Inteligencia y Fe”: “…el cambio de vida no viene al volver al pasado, viene en el presente, a partir de una nueva decisión. Es así como la vida comienza a cambiar. Dios les da el don del arrepentimiento a las personas a las que Él llama a una vida nueva. Es decir, si en su interior hay un arrepentimiento, una voluntad de cambiar y hacer diferente, es el Propio Dios Quien le está dando ese arrepentimiento. Es Él Quien lo llama a una vida nueva”.
Un ejemplo bíblico de alguien que recomenzó es David. Después de haber pecado, él fue confrontado por el profeta Natán y admitió su error. No se justificó, no culpó a nadie y no pidió nada, a no ser perdón. Y así, aunque haya sufrido las consecuencias de su pecado, fue perdonado y salvado.
Es necesario entender que, cuando una persona abandona las prácticas pasadas y se vuelve hacia la Voluntad de Dios, automáticamente su vida recomienza. A fin de cuentas, sucede como está escrito: “Pero busquen primero Su Reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6:33). Es decir, cuando Lo buscamos, el Propio Dios abre un nuevo camino para quien así lo desea, siempre que la persona cambie lo que debe ser cambiado. Compruébelo.
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