“Tenía arritmia y las arterias tapadas”
Dora: “Tenía palpitaciones, las arterias tapadas y arritmia. Me desmayaba en la calle y una vez tuve un síncope. Me tenían que poner un stent, pero participé en las reuniones y, gracias a Dios, me sané, no hace falta ponerme el stent”.
“Hoy ya tengo la escritura de mi casa”
Edgardo: “Quería tener mi casa propia, pero comprar un terreno era imposible. Gracias a una invitación, llegué a la reunión de los Casos imposibles. Comencé a usar mi fe y hoy, gracias a Dios, ya tengo la escritura de mi casa”.
“No había paz en mi casa”
“Tengo dos hijos. Ellos estaban peleados. No había paz en mi casa, no se hablaban. Entonces, comencé a participar en la reunión de los Casos imposibles. Gracias a Dios, la situación cambió. Ahora son verdaderos hermanos, se hablan y no hay más peleas. Valió la pena venir cada sábado”.
“Mi abuela estaba postrada en un geriátrico”
Gisela: “Participé en la reunión de los Casos imposibles y pedí por mi abuela. Ella estaba postrada en un geriátrico y no se podía levantar. Ahora, está animada, se levanta y está contenta. Antes estaba triste, ahora se encuentra bien”.
Participe de la reunión de los Casos Imposibles todos los sábados a las 7 h, 9 h, 12 h, 15 h y 19 h en la Universal más cerca de su domicilio.
Si usted quiere comunicarse con nosotros, puede hacerlo llamando al: (011) 5252-4070.